La Esclerosis Múltiple (EM) es una enfermedad  autoinmune que afecta al sistema nervioso central. Es autoinmune porque el sistema inmune del enfermo ataca las vainas de mielina que recubren los axones (los axones son las prolongaciones de las neuronas que transmiten el impulso nervioso). En este post ahondaremos en los síntomas iniciales de la esclerosis múltiple. Para entender los síntomas de la esclerosis múltiple hay que saber que las vainas de mielina permiten la transmisión rápida y eficiente del impulso nervioso, Cuando las vainas de mielina son atacadas, como ocurre en la esclerosis múltiple, los impulsos nerviosos no se transmiten bien.  Los impulsos nerviosos transmiten información desde nuestros sentidos al cerebro y envían órdenes del cerebro a los músculos, así que la esclerosis múltiple hace que todos estos mensajes no lleguen bien a su destino.

¿Cuáles son los síntomas iniciales de la esclerosis múltiple?

Al afectar a algo tan general como la transmisión nerviosa, los síntomas de la esclerosis múltiple son muy variados, algo que dificulta mucho el diagnostico. De hecho, un diagnostico fiable 100% solo es posible post mortem, en una autopsia que permita observar las lesiones del sistema nervioso.

Los síntomas iniciales son vagos, por lo que a veces pueden pasar desapercibidos. Estos síntomas iniciales aparecen a menudo en forma de problemas pasajeros de visión: pérdida de visión, visión doble o visión borrosa. También se experimentan sensaciones anormales como pérdida de fuerza, perdida de equilibrio y coordinación, cansancio excesivo, dificultades para hablar, entumecimiento, hormigueos, vértigos, dolores inespecíficos, alteraciones en el carácter, necesidad de ir al baño a menudo… Todo un rosario de síntomas que se deben al “cortocircuito” del sistema nervioso y que, además, aparecen y desaparecen.

Esa es la tónica general de la esclerosis múltiples: brotes de la enfermedad seguidos de una remisión, parcial o total, de los síntomas. Cada brote puede afectar a diferentes capacidades o distintas zonas del cuerpo. Literalmente, la enfermedad aparece y desaparece. A esta forma se la conoce como esclerosis múltiple de recaída-remisión y es la más común. También hay una forma de esclerosis, llamada secundariamente-progresiva, que empieza igualmente a brotes pero que va empeorando sin que al final haya periodos de mejoría. A diferencia de la esclerosis múltiple primaria-progresiva, en la que los síntomas progresan desde el principio, aunque lentamente.

Brotes de esclerosis múltiple

En la esclerosis múltiple de recaída remisión (recordemos que es la más frecuente) los brotes duran una media de dos semanas, aunque el tiempo varía mucho de persona a persona, en algunos casos puede ser de un solo día y en otros de un par de meses. El periodo entre brotes también es tremendamente variable, semanas, meses e incluso años. Cuanto más tiempo haya entre brotes, mejor es el pronóstico. Tras los primeros brotes apenas quedan secuelas, pues el sistema nervioso regenera la mielina, pero con el tiempo va perdiendo esa capacidad.

La esclerosis múltiple afecta a adultos jóvenes, especialmente mujeres entre 20 y 40 años. Por suerte la enfermedad no es mortal en la gran mayoría de los casos, y los pacientes pueden tener un nivel de vida aceptable sin llegar a la invalidez si la enfermedad se diagnostica pronto y se sigue el tratamiento adecuado.

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