A pesar de que afecta a más de 300 millones de personas en todo el mundo (un 20% más que la pasada década), la depresión sigue siendo una enfermedad incomprendida y llena de mitos. La depresión va más allá de “sentirse triste” y se necesita ayuda médica para salir de ella. El desconocimiento es tal  que más de la mitad de afectados permanece sin tratar (la cifra se eleva al 90% en algunos países).

En esta página ofrecemos la información más relevante sobre este trastorno mental, incluyendo los tipos, síntomas, diagnóstico y tratamiento.

¿Qué es depresión?

Según la definición de la OMS, la depresión es un trastorno mental frecuente, que se caracteriza por la presencia de tristeza, pérdida de interés o placer, sentimientos de culpa o falta de autoestima, trastornos del sueño o del apetito, sensación de cansancio y falta de concentración.

Se trata de un estado mental que implica sentimientos de tristeza que duran 2 semanas o más, a menudo acompañado de pérdida de interés en su día a día. Es más común en mujeres que en hombres.

¿Cuáles son los síntomas?

La depresión puede mostrarse de diferentes maneras y cada persona sufre su propia experiencia. Sin embargo, los síntomas más habituales incluyen los siguientes:

  • Falta de interés, el paciente ya no disfruta de actividades con las que antes disfrutaba
  • Resistencia a participar en actividades o salir de casa
  • Sensación de cansancio
  • Dormir demasiado o muy poco
  • Pérdida de apetito o comer más de lo normal
  • Perdida o aumento de peso durante un tiempo relativamente corto (sin causas que lo justifiquen)
  • Perdida de autoconfianza
  • Pensamiento negativo, sentimientos de que la vida no tiene sentido
  • Actitud de autocrítica y culpabilidad
  • Pensamientos suicidas

Las personas mayores con depresión generalmente experimentan más síntomas físicos, como cansancio, pérdida de peso y problemas para dormir.

Tipos de depresión

Existen varios tipos de depresión clínica. Son los siguientes:

Depresión mayor

La depresión mayor es el tipo más común. Se caracteriza por un período de dos o más semanas experimentando un estado de ánimo deprimido (bajo o triste). El trastorno depresivo mayor se conoce comúnmente como simplemente "depresión". La depresión a menudo también se denomina "depresión unipolar" para diferenciarla de la depresión bipolar.

La causa exacta de la depresión no se conoce, pero la principal teoría científica es que la depresión es causada por un desequilibrio de neurotransmisores del cerebro. Los neurotransmisores son mensajeros químicos que envían señales entre neuronas. La composición genética y el historial vital  de una persona también pueden determinar la tendencia de una persona a deprimirse.

Depresión bipolar

La depresión maniaca o bipolar se caracteriza por altibajos anímicos extremos.  Se combinan estados depresivos con otros de manía (donde se sienten muy animados y llenos de energía). La depresión bipolar tiene los mismos síntomas que la depresión unipolar durante un episodio depresivo.

Otros tipos de depresión

Depresión con características melancólicas: Es muy parecida a la depresión mayor, pero con síntomas adicionales, como despertarse dos horas antes de lo habitual; depresión que empeora por la mañana; sentir culpabilidad excesiva…

Depresión con características catatónicas: depresión con síntomas adicionales catatónicos como negativismo extremo o mutismo, inmovilidad motora y repetición incontrolable de las palabras pronunciadas por otra persona.

Depresión atípica: depresión que incluye síntomas “poco habituales” como somnolencia, aumento del apetito, aumento de peso y sensación de pesadez en los brazos o las piernas.

Desorden afectivo estacional: depresión que ocurren en una determinada estación, generalmente el invierno, y que aparece durante al menos dos años seguidos.

Depresión posparto: depresión mayor que aparece inmediatamente después del parto.

Trastorno depresivo no especificado: depresión identificada por un médico pero de un tipo que no encaja explícitamente en una de las categorías anteriores.

Diagnóstico

Uno de los grandes problemas de la depresión es el diagnostico. ¿Cómo saber si alguien solo está deprimido o tiene una depresión clínica?

El estado de ánimo de una persona es generalmente variable en respuesta a los acontecimientos diarios, y generalmente varía de ligeramente triste a ligeramente feliz. En la depresión, el estado de ánimo es constantemente inferior al rango de humor habitual de las personas. Para la depresión clínica, ciertos síntomas tienen que estar presentes por un período de al menos dos semanas, es decir, estado de ánimo deprimido, pérdida de interés o placer y disminución de la unidad o la energía.

Según el manual de diagnóstico de trastornos mentales, la depresión se diagnostica cuando un individuo experimenta un estado de ánimo deprimido o apatía y cuatro o más de los siguientes síntomas de depresión durante el mismo período de dos semanas:

  • Pérdida de peso significativa (sin estar a dieta) o aumento de peso (un aumento de más del 5% del peso corporal en un mes)
  • Aumento o disminución significativa del apetito
  • Somnolencia excesiva o insomnio
  • Agitación e inquietud
  • Fatiga o falta de energía casi todos los días
  • Frecuentes sentimientos de inutilidad o culpa excesiva e inapropiada
  • Disminución en la capacidad de pensar, concentrarse o tomar decisiones
  • Pensamientos recurrentes de muerte o suicidio

Tratamientos para depresión

No hay cura conocida para la depresión. Sin embargo, con un tratamiento efectivo, muchos pacientes pueden permanecer sin síntomas y llevar vidas saludables.  A veces la persona experimenta un solo episodio depresivo a lo largo de su vida. En ocasiones los episodios  vuelven con el tiempo. En cualquier caso, el tratamiento disminuye el riesgo de recurrencia.

El tratamiento de la depresión combina medicación y psicoterapia.

Tratamiento farmacológico

En general, la depresión puede tratarse con medicamentos como antidepresivos como los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (ISRS) o tricíclicos y la psicoterapia (como la terapia cognitivo conductual o la terapia psicodinámica). Los antidepresivos a menudo son el primer pilar del tratamiento. La mayoría de los medicamentos utilizados para tratar la depresión tienen un efecto sobre los neurotransmisores, incluidos la serotonina, la noradrenalina y la dopamina, o los sitios diana o receptores en el cerebro.

Aunque los antidepresivos pueden ser efectivos para algunos pacientes, no funcionan para todos. Además, los antidepresivos a menudo resultan en efectos secundarios no deseados.

Psicoterapia

Además de los antidepresivos, la psicoterapia es otro pilar importante del tratamiento de la depresión. En los casos más leves de depresión, la psicoterapia se puede usar sola sin medicamentos acompañantes.

En algunos casos, se pueden usar terapias adicionales, como actividad física, fototerapia, técnicas de relajación, actividades laborales diarias, terapia electro convulsiva o terapia de vigilia.

Recomendaciones y consejos

Tener depresión no es un síntoma de debilidad ni nada de lo que sentirse avergonzado. Lo importante es pedir ayuda. La depresión no desaparece por sí sola pero con el tratamiento hay grandes probabilidades de salir de ella.

Además de la terapia hay varias cosas que el paciente puede hacer por su cuenta para sentirse mejor:

  • Ejercicio: Las personas que están deprimidas pueden no sentirse muy activos, pero el ejercicio físico libera endorfinas, conocidas como hormonas de la felicidad ya que nos producen una sensación de bienestar.
  • Dieta saludable: La nutrición adecuada puede influir en el estado de ánimo y la energía de una persona. Así que se recomienda comer muchas frutas y verduras y hacer comidas regulares (incluso si no se siente hambre).
  • Romper el aislamiento: Las personas con depresión a menudo se desconectan del mundo exterior, lo que puede crear una espiral descendente. Cuando aparezcan los primeros signos de depresión, es importante dedicar más tiempo a relacionarse con familia y amigos. Poder hablar de los problemas hace que sea más fácil tratarlos
  • Relajación: La respiración profunda y la relajación de los músculos son la base de todas las técnicas de relajación y estas dos acciones fisiológicas funcionan de manera muy efectiva para ayudar a los aspectos psicológicos de la depresión.

Si crees que un amigo o un pariente experimenta síntomas de depresión intenta hablar con ellos al respecto. Explica por qué estás preocupado, pero evita diagnosticar su problema o forzar soluciones. Puede que no quiera hablar de ello, pero hazle saber que estás dispuesto a escuchar cuando esté listos.

Preguntas frecuentes

¿Cuáles son las causas de la depresión? ¿Es un problema biológico o psicológico?

No está del todo claro, aunque parece que tanto la biología como la psicología influyen.

Por un lado existe una fuerte evidencia para vincular la forma de pensar con la depresión. El pensamiento negativo en particular es un factor que parece causar y mantener la depresión.

Por otro lado hay varias teorías biológicas que intentan explicar la depresión, pero ninguna puede considerarse definitiva. Las investigaciones sugieren que la depresión tiene un componente genético, otras teorías sostienen que se debe a  genético para la depresión, una forma de respuesta alterada al estrés y estructuras cerebrales dañadas.

En resumen, la depresión tiene múltiples causas: una combinación de factores psicológicos, biológicos y sociales contribuyen al desarrollo de la depresión. Los factores de riesgo biológicos incluyen herencia genética, sistema inmune, hormonas y neurotransmisores en el cuerpo. Ciertos rasgos de personalidad también pueden constituir un "factor de riesgo". Los patrones de pensamiento negativo o la baja autoestima pueden jugar un papel importante. Aunque un paciente a veces puede nombrar un evento específico como desencadenante de la depresión, las causas subyacentes a menudo son diversas y complejas.

¿La depresión es una enfermedad grave?

Sí, las estadísticas de la OMS desvelan que es la principal causa mundial de discapacidad y es uno de los mayores factores de morbilidad. De no tratarse correctamente, los casos graves de depresión pueden desembocar en suicidio.

¿Niños y adolescentes pueden sufrir depresión?

Sí pueden. Los niños y adolescentes pueden desarrollar un trastorno depresivo, que a menudo es más difícil de reconocer que en los adultos. La pubertad trae cambios emocionales  y puede ser un posible desencadenante de la depresión. Si parece que una persona joven está triste, abatida, resignada y sin esperanza, o quizás irritable con cambios de comportamiento, se preocupa mucho y se aleja de los demás, es importante ponerse en contacto con un psicólogo especializado.

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