Uno de los problemas de salud que afecta más de cerca a los fumadores es la EPOC o Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica, una patología potencialmente mortal que causa un deterioro progresivo de los pulmones y afecta al 1% de la población mundial. A continuación desgranamos las principales claves sobre la EPOC, incluyendo los síntomas, diagnóstico y tratamiento.

¿Qué es EPOC?

La EPOC es un término general para un grupo de trastornos que incluye enfisema, bronquitis crónica y asma crónica que no es completamente reversible. Las personas con EPOC pueden tener una o más de estas afecciones. La enfermedad se caracteriza por una obstrucción del flujo de aire que no es completamente reversible. La obstrucción del flujo de aire no cambia notablemente durante varios meses y suele ser progresiva a largo plazo.

En la enfermedad pulmonar obstructiva crónica las vías respiratorias de los pulmones quedan parcialmente obstruidas por la inflamación crónica de las paredes. Como consecuencia, llega menos oxígeno a los tejidos. A medida que la enfermedad empeora, la falta de aire hace que sea más difícil permanecer activo.

La gran mayoría de los casos de enfermedad pulmonar son causados ​​por el tabaquismo. De hecho, una cuarta parte de todos los fumadores desarrollarán EPOC. La exposición pasiva al tabaco, especialmente durante la primera infancia, también aumenta el riesgo de desarrollar EPOC.

La EPOC puede causar una discapacidad grave a largo plazo y la muerte prematura. La enfermedad generalmente afecta a personas mayores de 35-40 años de edad, pero a menudo no se diagnostica hasta que las personas tienen más de 50 años.

¿Cuáles son los síntomas?

Los síntomas de la EPOC generalmente se desarrollan lentamente durante varios años. Los más habituales incluyen:

  • Dificultad para respirar (disnea)
  • Sibilancias
  • Opresión en el pecho
  • Tos productiva (expectoración de mucosidad o flema) en la mayoría de los días

Los pacientes de EPOC normalmente sufren exacerbaciones, episodios cuando sus síntomas son peores de lo normal, a menudo causadas ​​por una infección del tracto respiratorio, como un resfriado.

En los casos más graves de EPOC pueden aparecer nuevos síntomas:

  • Cianosis: coloración azul en la piel por falta de oxigeno
  • Retención de líquidos, causando hinchazón en los pies, tobillos y piernas
  • Cansancio
  • Pérdida de peso

Tipos de EPOC

Hay dos tipos principales de EPOC: enfisema y bronquitis crónica. La mayoría de las personas con EPOC sufren de ambos.

Enfisema

Al inhalar aire, los alvéolos pulmonares se expanden, absorbiendo oxígeno y transportándolo a la sangre en los pequeños vasos capilares dentro de sus delgadas paredes. Cuando exhalas, los alvéolos se desinflan fácilmente y expulsan el dióxido de carbono del cuerpo a través de las vías respiratorias.

Sin embargo, cuando hay un enfisema, las paredes alveolares se dañan y los sacos de aire pierden su elasticidad normal, causando el colapso de las vías respiratorias a los pulmones (bronquiolos).

Bronquitis crónica

La bronquitis es una inflamación de los tubos bronquiales (vías respiratorias), que llevan aire hacia y desde los pulmones. Cuando los bronquios se inflaman, el revestimiento o membrana mucosa de las vías respiratorias se hincha y se vuelve más grueso. También produce una cantidad excesiva de moco. Todo esto dificulta la respiración.

Además de los problemas respiratorios, las personas con bronquitis crónica sufren tos persistente (cargada de moco), opresión en el pecho, sibilancias y fatiga.

Asma refractaria

En un ataque de asma, las vías respiratorias bronquiales se inflaman impidiendo respirar con normalidad. Los medicamentos generalmente pueden revertir esto, abriendo las vías respiratorias y devolviéndolas a su estado anterior al ataque de asma. En el asma refractaria, los medicamentos no pueden revertir el endurecimiento e hinchazón de las vías respiratorias.

Diagnóstico

La EPOC puede sospecharse en base a los síntomas y el historial del paciente (si es fumador o no). Existen varias pruebas para certificar el diagnóstico:

  • Pruebas de función pulmonar. La espirometría es una prueba de función pulmonar que implica respirar en una máquina llamada espirómetro. Las principales medidas utilizadas para diagnosticar la EPOC son la cantidad total de aire exhalado y la cantidad de aire exhalado en un segundo.
  • Una radiografía de tórax o una tomografía computarizada pueden mostrar características que sugieren la presencia de  EPOC. Estas pruebas de imagen también ayudan a descartar otras afecciones que pueden estar causando sus síntomas.
  • Las mediciones de gas en sangre arterial miden la cantidad de oxígeno y dióxido de carbono en el torrente sanguíneo para evaluar cómo de bien están funcionando los pulmones.

Establecer un diagnóstico correcto de EPOC es importante porque un tratamiento adecuado puede disminuir los síntomas (especialmente la disnea), reducir la frecuencia y la gravedad de las exacerbaciones, mejorar el estado de salud, mejorar la capacidad de ejercicio y prolongar la supervivencia

Tratamientos para EPOC

En la actualidad, no hay cura para la EPOC ya que el daño a sus pulmones no se puede revertir. Sin embargo, los síntomas de la EPOC son tratables.

Dejar de fumar es el tratamiento más importante. Ningún otro tratamiento puede ser necesario si la enfermedad está en una etapa temprana y los síntomas son leves.

En casos más avanzados el tratamiento sintomático permite mejorar la función pulmonar, aliviar los síntomas y ralentizar la progresión de la enfermedad. Para ello se utilizan medicamentos y la rehabilitación pulmonar.

Medicamentos

Hay varios tipos de medicamentos que pueden ayudar a tratar la EPOC:

  • Broncodilatadores:  Relajan los músculos alrededor de las vías respiratorias, lo que ayuda a abrirlas y facilita la respiración. Los broncodilatadores pueden ser de acción corta o de acción prolongada. Los broncodilatadores de acción corta se deben usar según sea necesario y su efecto dura alrededor de 4 a 6 horas. Generalmente en casos de EPOC leve. Los broncodilatadores de acción prolongada se usan todos los días y duran 12 horas o más. Generalmente se recetan cuando la EPOC es moderada o grave.
  • Medicamentos con corticosteroides inhalados:  pueden reducir la inflamación de las vías respiratorias y ayudar a prevenir las exacerbaciones. Sin embargo, a veces efectos secundarios que incluyen hematomas, infecciones orales y ronquera.
  • Esteroides orales:  se usan cursos cortos de corticosteroides orales para tratar las exacerbaciones de la EPOC. El uso a largo plazo de estos medicamentos puede causar efectos secundarios graves.
  • Broncodilatadores combinados más glucocorticosteroides inhalados:  son para casos más graves de EPOC o en los que los síntomas aparecen con frecuencia. En estos casos, se puede prescribir una combinación que consiste en un broncodilatador y esteroide inhalado.
  • Inhibidores de la fosfodiesterasa-4: son un nuevo tipo de medicamento utilizado para tratar los síntomas graves de la EPOC que resultan de la bronquitis crónica. Estos medicamentos disminuyen la inflamación de las vías respiratorias y relajan las vías respiratorias.
  • Agentes antimuscarínicos de acción prolongada:  son para los casos más graves de EPOC o en los que los síntomas aparecen con frecuencia.
  • Antibióticos o antivirales: el tratamiento de infecciones respiratorias como la bronquitis aguda, la neumonía y la influenza pueden agravar los síntomas de la EPOC.
  • Vacunas: la influenza y la neumonía pueden causar serios problemas a las personas con EPOC. Por esta razón, es importante que los pacientes con EPOC se vacunen para evitar el riesgo de contraer estas enfermedades.

Rehabilitación pulmonar

la rehabilitación pulmonar abarca varios métodos diseñados para mejorar el bienestar de las personas con problemas respiratorios crónicos. La rehabilitación puede incluir un programa de ejercicios físicos, capacitación en el manejo de la EPOC, asesoramiento nutricional y asesoramiento psicológico.

Por ejemplo, la actividad física puede ayudar a fortalecer los músculos utilizados en la respiración y mejorar su bienestar general.

Cirugía

La cirugía generalmente es el último recurso para las personas que tienen síntomas más graves que no mejoraron con medicamentos y rehabilitación pulmonar. Hay tres tipos principales de cirugía utilizados en el tratamiento de la EPOC:

Bullectomía:  en pacientes con enfisema, las paredes de los pequeños sacos de aire en los pulmones se destruyen. Cuando esto sucede, se forman espacios aéreos más grandes llamados ampollas. Estas ampollas pueden llegar a ser tan grandes que interfieren con la respiración. Una bullectomía es una cirugía para extirpar una o más ampollas grandes de los pulmones. Solo una minoría de pacientes con EPOC tiene ampollas grandes.

 Cirugía de reducción de volumen pulmonar: los médicos extirpan quirúrgicamente el tejido pulmonar dañado, lo que puede ayudar a los pacientes a respirar mejor. Esta cirugía no se recomienda para todos los pacientes con EPOC, pero puede mejorar la respiración y la calidad de vida en casos específicos.

Cirugía de trasplante de pulmón:  reservada para tratar pacientes con EPOC muy grave que no tienen otras opciones de tratamiento. Un trasplante de pulmón implica extirpar un pulmón dañado y reemplazarlo con un pulmón sano de un donante fallecido. Los trasplantes de pulmón pueden mejorar significativamente la función pulmonar y la calidad de vida, pero implican muchos riesgos, incluido el riesgo de infección e incluso la muerte si el cuerpo rechaza el pulmón trasplantado.

Recomendaciones y consejos

Es importante recordar que, en muchos casos, la EPOC puede prevenirse y tratarse. Lo más importante que puedes hacer si tienes EPOC es dejar de fumar.

 Los estudios han demostrado que los pacientes que abandona el tabaco reducen drásticamente la pérdida de la función pulmonar (que todos experimentamos con la edad), en relación con los pacientes que continúan fumando. Debido a que dejar el hábito puede ser difícil es importante contar con ayuda profesional. La mayoría de las personas requieren varios intentos antes de poder romper con éxito este hábito.

También hay que evitar el humo de segunda mano y los lugares donde haya otros irritantes pulmonares, como polvo, humos o sustancias tóxicas.

Preguntas frecuentes

¿Qué otras causas puede tener la EPOC?

En algunos casos, la EPOC puede ser el resultado de la exposición ocupacional a largo plazo al polvo o a sustancias químicas. La contaminación del aire también puede contribuir al desarrollo de la EPOC y agravar los síntomas.

También existe un tipo raro de enfisema conocido como enfisema relacionado con la deficiencia de antitripsina alfa-1, una afección genética en la que el cuerpo no tiene una proteína llamada alfa-1 antitripsina. Esta proteína normalmente ayuda a proteger los pulmones. Se sabe que fumar acelera la velocidad a la que se desarrolla el enfisema en personas con deficiencia de alfa-1 antitripsina.

Además del riesgo de fumar y exponerse al polvo y los humos, existen varios factores que pueden aumentar su riesgo de desarrollar EPOC. Éstas incluyen:

  • Haber tenido asma durante muchos años
  • Tener antecedentes familiares de EPOC lo pone en mayor riesgo si es fumador
  • Haber tenido problemas respiratorios durante la infancia

¿Cuáles son las complicaciones de la EPOC?

Las posibles complicaciones que afectan a las personas con EPOC incluyen:

  • ansiedad y / o depresión
  • insuficiencia cardíaca
  • diabetes tipo 2
  • hipertensión pulmonar (presión arterial alta en los vasos sanguíneos a los pulmones)
  • policitemia (aumento de glóbulos rojos)
  • osteoporosis (los huesos se vuelven menos densos y fuertes, aumentando el riesgo de fracturas)

Una vez más, el tratamiento adecuado de la EPOC disminuye el riesgo de desarrollar cualquiera de estas complicaciones.

¿Qué es la terapia de oxigeno?

La terapia de oxígeno puede ayudar a las personas con EPOC grave que tienen bajos niveles de oxígeno en la sangre a respirar mejor. El tratamiento consiste en administrar oxígeno a través de dos pequeños tubos que ingresan a la nariz (dientes nasales). Algunas personas que reciben oxigenoterapia lo necesitan todo el tiempo, mientras que otras solo lo necesitan en ciertos momentos (es decir, durante el ejercicio o el sueño).

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