Glaucoma

El glaucoma es una enfermedad que afecta a un 2% de la población que supera los 40 años de edad y la proporción sube hasta el 14% en las personas mayores de 60. Los especialistas acusan la falta de información sobre este problema, ya que se estima que solo la mitad de los pacientes son conscientes de que lo sufren, ya que se trata de una enfermedad que, en un principio, no presenta síntomas muy evidentes.

¿Qué es el Glaucoma?

Es una enfermedad del ojo que genera una pérdida de visión gradual cuyo tratamiento es fundamental para evitar la ceguera como resultado final de esta patología. Se trata de una lesión de las fibras del nervio óptico producido por un incremento de la presión intraocular debido a un déficit del drenaje del humor acuoso de la cámara anterior del ojo, que nutre y oxigena estructuras como la córnea o el cristalino. Como el nervio óptico es el encargado de transmitir las imágenes del ojo al cerebro, el daño se hace irreversible.

¿Cuáles son los síntomas del Glaucoma?

En el glaucoma más común, la presión del fluido se da lentamente, por lo que los síntomas no son demasiado molestos o dolorosos. Este es el motivo por el que gran parte de la población que sufre esta enfermedad no se da cuenta de que la tiene hasta que la pérdida de visión se ha hecho muy notable. No obstante, en los casos más severos, pueden darse síntomas de glaucoma tales como visión borrosa, dolor de ojos y de cabeza, náuseas y vómitos, pérdida repentina de visión o la aparición de halos alrededor de las luces.

Tipos de Glaucoma

Existen diversos tipos de glaucoma, como en muchas otras enfermedades, dependiendo de los factores que influyen en él, así como otros rasgos que les hacen diferenciarse de otras clases:

Glaucoma de Ángulo Abierto

El glaucoma de ángulo abierto es uno de los tipos más comunes. Su causa es desconocida. El nervio óptico se daña con el aumento de la presión ocular, incidiendo en una pérdida de visión paulatina: en el inicio, se sufre en la visión periférica, expandiéndose con el tiempo hasta la visión central. Como se trata de una patología irreversible, es fundamental una detección a tiempo para tratarlo y así minimizar el daño de esta enfermedad.

Glaucoma de Ángulo Cerrado

Se da un aumento repentino y severo de la presión ocular, acompañado de un enrojecimiento y dolor del ojo, así como dolores de cabeza e, incluso, náuseas y vómitos. Los motivos de este problema son el cierre del ángulo, que es por donde se elimina el humor acuoso. La acumulación de esta sustancia hace que se eleve la tensión del ojo, por lo que un tratamiento rápido y efectivo es imprescindible para prevenir las peores consecuencias de este problema.

Glaucoma Secundario

Se trata de una clase de glaucoma ocular muy conocido. Se puede dar en cualquiera de los dos casos anteriores, causados por algún factor conocido, tales como fármacos, enfermedades oculares, diabetes o una lesión ocular.

Glaucoma Congénito o Infantil

Se da en bebés y en ocasiones su causa es hereditaria. Se presenta al nacer, cuando el ojo no se ha desarrollado con normalidad.

Glaucoma de Tensión Normal o Baja

Aun con la presión intraocular en niveles normales, las fibras del nervio óptico manifiestan daños, provocando una pérdida de visión. Su causa es desconocida, pudiendo tratarse de factores hereditarios, problemas vasculares, el uso de esteroides o cierres repentinos del ángulo de drenaje del humor acuoso.

Diagnóstico del Glaucoma Ocular

El diagnóstico del glaucoma ocular debe ser precoz para prevenir males mayores, con una alteración visual importante. Las personas que lo padecen requieren revisiones periódicas durante toda su vida para que no empeore sin que se note. Se puede realizar el diagnóstico de esta patología mediante diferentes métodos, tales como los siguientes:
  • Tonometría: mide la presión intraocular del ojo con una ráfaga de aire a alta temperatura.
  • Paquimetría: mide el espesor de la córnea del ojo con una sonda conocida como paquímetro. Con el espesor se puede hacer una lectura de la presión ocular.
  • Oftalmoscopia: observa el nervio óptico en busca de daños causados por el glaucoma a través de gotas oftálmicas que dilatan la pupila.
  • Perimetría: es una prueba que crea un mapa del campo visual, identificando si existe esta enfermedad que interfiere en la vista del paciente.
  • Gonioscopia: así se certifica si el ángulo donde el iris llega a la córnea es amplio o cerrado.

Tratamientos para el Glaucoma Ocular

Los tratamientos para el glaucoma en el ojo son muy variados y van desde medicamentos hasta cirugía para paliar los daños de esta enfermedad.

Medicamentos para Glaucoma

Suele ser lo habitual recién diagnosticada esta patología en busca de reducir la presión intraocular. En función de múltiples factores que pueden afectar al paciente, es el especialista el que determina qué medicamentos concretos son los más adecuados para tratar su caso.

Inyecciones Intraoculares

El glaucoma puede ser el origen de una trombosis ocular, la cual puede ser tratada mediante inyecciones intraoculares que corrigen la acumulación de líquido acumulado, pudiendo mejorar hasta un 100% de la visión dañada. También puede contribuir la aplicación de láser sobre las zonas de la retina que no cuentan con una circulación sanguínea correcta

Cirugía

Esta es la última vía para corregir las consecuencias de esta enfermedad, en caso de que las anteriores propuestas no solucionen este problema. La intervención quirúrgica consiste en la realización de una fístula para comunicar el globo ocular con el entorno subconjuntival, aliviando así la presión producida del líquido acuoso. Se suele emplear un anestésico tras el globo ocular para calmar el dolor tanto en esta zona como en los músculos adyacentes.

Recomendaciones y Consejos

Existen algunas recomendaciones y consejos para prevenir el glaucoma ocular o tratarlo en caso de padecerlo, a los que atender para prevenir males mayores. Puedes empezar por averiguar los antecedentes en la familia, ya que es una enfermedad en la que influyen factores genéticos y, en caso de haberla padecido algún pariente, tendrás posibilidades de desarrollarla también. Conviene también someterte a pruebas de presión intraocular como mínimo una vez al año para determinar si el nervio óptico no tiene ningún problema. En cuanto a la medicación, es muy importante hacer caso al especialista, ya que será quien mejor conozca la historia clínica del paciente y todos aquellos factores que pueden intervenir para conseguir el mejor remedio para la enfermedad. Proteger los ojos ante irritaciones, no frotártelos, usar gafas de buceo bajo agua, una dieta equilibrada y un estado de salud óptimo son algunas de las recomendaciones que pueden completar el cuidado ante una enfermedad como el glaucoma de ojo.

Preguntas Frecuentes

Para el glaucoma, ¿cuál es la presión normal?

Se considera que la presión intraocular normal y aceptable se sitúa por debajo de los 21 mmHg. El intervalo de presión normal se suele situar entre 12 y 21 mmHg. Una vez superados los 20, la mayoría de casos se diagnostican como un problema de glaucoma.

¿Quién padece Glaucoma?

No hay un perfil concreto para padecer glaucoma. No obstante, se da con mayor frecuencia en personas con algunas de las siguientes características:
  • Antecedentes familiares con glaucoma.
  • Tener una córnea delgada
  • Tener una anatomía anormal del nervio óptico con incremento de la excavación papilar
  • Sufrir miopía alta
  • Ser diabético
  • Tener presión sanguínea elevada
  • Tener un traumatismo ocular

Glaucoma: ¿Cómo se cura?

No hay método de curación del glaucoma, pero sí se puede detener su avance. Como hemos dicho anteriormente, se trata de una patología irreversible, por lo que un diagnóstico precoz es fundamental para evitar peores consecuencias.

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