La
diabetes mellitus, o diabetes a secas, es una enfermedad crónica muy asociada a la obesidad y estilos de vida sedentarios. Su prevalencia está aumentando en todo el mundo de tal modo que casi se ha cuadruplicado desde 1980, convirtiéndose en una de las principales causas de muerte en el mundo debido a sus complicaciones.
En esta página tienes toda la información sobre la diabetes, incluyendo en qué consiste, cuáles son sus síntomas y cómo se trata.
¿Qué es diabetes?
La diabetes o es un trastorno metabólico crónico en el que problemas con la insulina causan un aumento de la
glucemia (concentración de glucosa en sangre).
Para entender mejor la diabetes mellitus es necesario recordar algunas nociones de metabolismo:
Parte de los alimentos que ingerimos se descomponen en un azúcar simple llamado glucosa. La glucosa es el combustible que da a las células la energía que necesitan para realizar sus funciones. La sangre transporta el azúcar hasta las células donde se usa, pero la glucosa no puede ingresar a las células por sí misma. La insulina es una hormona producida por el páncreas; su función es favorecer la entrada de glucosa en las células.
En la diabetes en páncreas no produce la suficiente insulina (o no la produce en absoluto) o el cuerpo no puede usarla. El resultado en cualquier caso es que las células tienen dificultades para conseguir glucosa y ésta se concentra en el torrente en el torrente sanguíneo. Con el tiempo, los altos niveles de glucosa en la sangre (una situación conocida como hiperglucemia) pueden dañar órganos y tejidos causando una gran variedad de complicaciones incapacitantes y potencialmente mortales.
En el cuerpo sano, cuando los niveles de azúcar en sangre son demasiado altos, las células especiales del páncreas (llamadas células beta) liberan insulina. Esto hace que los niveles de azúcar en la sangre vuelvan a bajar.
Cualquiera puede desarrollar diabetes, pero existen toda una serie de factores que aumentan el riesgo. Factores de riesgo reconocidos son los siguientes:
- Sobrepeso
- Edad (el riesgo aumenta a medida que envejecemos)
- Tener parientes cercanos con diabetes
¿Cuáles son los síntomas?
Los diabéticos suelen experimentar alguno de los siguientes síntomas:
- Sed
- Micción frecuente
- Pérdida de peso
- Aumento del apetito
- Visión borrosa
- Irritabilidad
- hormigueo o entumecimiento en las manos o los pies
- Infecciones frecuentes en piel, vejiga o encías
- Dificultad para curar heridas
- Fatiga extrema sin motivos aparentes
- Piel seca y con comezón
- Nauseas
- Vómitos
En niños los síntomas incluyen:
- Beber e ir al baño con más frecuencia de lo habitual
- Mojar la cama
- Falta de energía
La mayoría de estos síntomas se deben a la hiperglucemia causada por la diabetes. Los síntomas de la diabetes pueden pasar desapercibidos durante los primeros años pero conforme la hiperglucemia se agudiza pueden aparecer complicaciones serias por el daño a los órganos. Entre estas complicaciones se incluyen:
- Infarto
- Accidente cerebrovascular
- Enfermedades vasculares
- Ceguera
- Insuficiencia renal
- Daños a los nervios
- Impotencia
Las complicaciones relacionadas con la diabetes pueden ser muy graves e incluso poner en peligro la vida. Controlar adecuadamente los niveles de azúcar en la sangre reduce el riesgo de desarrollar estas complicaciones.
Tipos de diabetes
Diabetes tipo I
En la diabetes tipo I o diabetes insulinodependiente el sistema inmune ataca a las células beta del páncreas, encargadas de producir insulina. Esto hace que se libere muy poca o ninguna insulina y que el azúcar se acumule en la sangre en vez de usarse como fuente de energía. Nadie sabe a ciencia cierta porque el sistema inmune ataca por error al páncreas.
Dado que no pueden producir insulina, los diabéticos tipo I necesitan la administración diaria de insulina para controlar los niveles de glucosa en sangre. Alrededor del 10% de diabéticos tienen diabetes tipo 1. Este tipo de diabetes por lo general se desarrolla en la infancia o la adolescencia, pero puede aparecer en la edad adulta.
La diabetes tipo 1 es una enfermedad de por vida, pero si se trata de manera efectiva, se reduce notablemente el riesgo de desarrollar complicaciones diabéticas en etapa avanzada.
Diabetes tipo II
La diabetes tipo 2 o diabetes no insulinodependiente es el tipo más común de diabetes (con el 90% de los diabéticos). En este caso el organismo no puede usar correctamente la insulina que se libera (insensibilidad a la insulina) o no produce suficiente insulina.
Esta forma de diabetes aparece mayoritariamente en mayores de 40 años, con sobrepeso y un historial familiar de diabetes, aunque cada vez es más común en jóvenes debido a la epidemia de obesidad que sufren los países industrializados.
La diabetes tipo 2 puede controlarse mediante actividad física y planificación nutricional, o también puede requerir medicamentos y / o insulina para controlar el nivel de azúcar en la sangre de manera más efectiva.
Al igual que la diabetes I la tipo II también es una afección de por vida, pero se puede controlar con una combinación de dieta y medicamentos, aunque a medida que avanza la enfermedad, es posible que también necesite inyecciones de insulina para minimizar el riesgo de complicaciones adicionales.
Diabetes gestacional
La diabetes gestacional es una condición temporal que ocurre durante el embarazo. Entre el 3 y el 20% de las embarazadas desarrollan diabetes gestacional. Tener diabetes gestacional puede aumentar el riesgo de desarrollar diabetes tanto para la madre como para el niño.
Las mujeres embarazadas que tienen un mayor riesgo de desarrollar diabetes gestacional son las que:
- Tienen más de 25 años
- Tienen sobrepeso
- Tener un historial familiar de diabetes
- Son hispanos, afroamericanos, nativos americanos o asiático-americanos.
Los niveles de glucosa en sangre generalmente vuelven a la normalidad después del parto. Sin embargo, las mujeres que han tenido diabetes gestacional tienen un mayor riesgo de desarrollar diabetes tipo 2 más adelante en la vida.
Diagnóstico
La forma más sencilla y eficaz de diagnosticar la diabetes es examinando los niveles de glucosa en sangre. Para ello se realizan una o más de las siguientes pruebas.
Prueba de glucosa aleatoria
Se hacen mediciones de glucosa en sangre en dos momentos aleatorios. Los posibles resultados son estos:
- Normal: Menos de 140 mg / dl
- Pre-diabetes: 140-199 mg / dl
- Diabetes: 200 mg / dl o más
Prueba de glucosa en ayunas
Se mide la concentración de glucosa en sangre en ayunas y en dos días diferentes. Estos son los posibles resultados:
- Normal: Menos de 100 mg / dl
- Pre-diabetes: 100-125 mg / dl
- Diabetes: 126 mg / dl o más
Prueba de tolerancia a la glucosa
La prueba de tolerancia a la glucosa mide el azúcar sangre dos horas después de administrarle al paciente una bebida rica en glucosa. Estos son los posibles resultados:
- Normal: 60 a 100 mg/dl en ayunas, menos de 200 mg/dl transcurrida 1 hora y menos de 140 mg/dl a las 2 horas.
- Prediabetes: entre 140 y 200 mg/dl transcurridas dos horas significa que existe deterioro en la tolerancia a la glucosa (prediabetes)
- Diabetes: un nivel de glucosa de 200 mg/dl o más transcurridas dos horas es un signo de diabetes.
Se debe realizar una segunda prueba en todos los casos (excepto si el paciente tiene signos y síntomas agudos).
Algunas veces, los niveles de glucosa en sangre son más altos de lo normal, pero no lo suficientemente altos como para ser considerarse diabetes. A esto se llama prediabetes y los prediabéticos tienen un mayor riesgo de desarrollar diabetes tipo 2 y enfermedades cardíacas.
Tratamientos para diabetes
La diabetes mellitus tipo 1 y tipo 2 tienen similitudes y diferencias en cuanto a su tratamiento. Si bien el control dietético y el ejercicio moderado son importantes para ambos tipos de diabetes, los medicamentos utilizados son diferentes.
Si bien el control dietético y un programa de ejercicio organizado son importantes para ambos tipos de diabetes, los medicamentos que se usan son diferentes. La diabetes tipo 1 requiere el tratamiento con insulina, mientras que la diabetes tipo 2 en muchos casos puede controlarse solo con un plan de vida saludable. Si en la diabetes tipo 2 hacen falta medicamentos, por lo general se recetan tabletas orales reductoras de la glucosa (hipoglucémicos orales).
Insulinas
Como hemos dicho, la administración de insulina es el principal tratamiento para la diabetes tipo I, aunque también puede usarse en pacientes con diabetes tipo II si así se requiere.
El objetivo de la terapia con insulina es regular la concentración de insulina en el torrente sanguíneo para que la glucemia esté en niveles normales. La insulina se administra en forma de inyecciones diarias o a través de una bomba de insulina, un pequeño dispositivo del tamaño de un teléfono móvil que administra insulina de forma continuada a través de un catéter.
Además de las autoinyecciones diarias de insulina, el paciente diabético, también debe controlar su glucemia para modular la dosis correcta. En el caso de la bomba de insulina el dispositivo se encarga de calcular la dosis adecuada.
Un paciente diabético debe estar convenientemente monitorizado. Una disminución excesiva de la glucemia es tan peligrosa como la hiperglucemia. Si los niveles de azúcar en la sangre bajan demasiado, podría entrar en un coma diabético.
Medicamentos orales
Los medicamentos orales reducen los niveles de azúcar en sangre mediante tres posibles acciones:
- Aumentar la cantidad de insulina secretada por el páncreas
- Potencia la acción de la insulina en el cuerpo
- Retrasar la absorción de la glucosa.
Los medicamentos orales ayudan a controlar la diabetes tipo dos, pero no son efectivos si no se combinan con restricciones dietéticas.
Otros tratamientos no farmacológicos
Dieta
La dieta es de especial importancia en el tratamiento de la diabetes mellitus y, en el caso de la diabetes tipo II, puede ser suficiente para controlar la enfermedad. El objetivo es seguir una dieta que mantenga la glucemia adecuada.
Una de las primeras medidas tras el diagnostico de diabetes es planificar una dieta que incluya carbohidratos y alimentos ricos en fibra y que minimice la ingesta de alimentos ricos en azúcar. El paciente diabético está sometido a un riguroso plan nutricional donde el dietista le aconseja qué alimentos debe comer y cómo espaciar sus comidas. La cantidad de calorías permitidas está determinada por la necesidad de mantener, perder o ganar peso.
Ejercicio
La actividad física es también esencial para el tratamiento de la diabetes en todas sus formas. Un buen programa de ejercicios puede ayudar a controlar el nivel de azúcar en la sangre. Sin embargo, hay que ajustar su dosis de insulina de acuerdo con la cantidad de ejercicio ya que la combinación de ejercicio y demasiada insulina pueden reducir la concentración de azúcar en sangra a niveles peligrosos.
Recomendaciones y consejos
La diabetes tipo II es el tipo más frecuente de diabetes. Aunque aún no entendemos del todo los mecanismos que operan esta enfermedad diferentes estudios demuestran que se pueden hacer cosas para prevenir la aparición de diabetes.
Cambios en el estilo de vida pueden prevenir o retrasar la aparición de la diabetes tipo 2 en adultos con un alto riesgo de desarrollar la enfermedad. La pérdida de peso moderada (5-10% del peso corporal) y la actividad física (30 minutos al día) son dos recomendaciones básicas. La actividad física ayuda al cuerpo a usar mejor la insulina para que pueda convertir la glucosa en energía para las células.
No existe una cura para la diabetes pero los diabéticos pueden llevar una vida normal si siguen las recomendaciones médicas y un estilo de vida saludable. Cada diabético debe visitar por lo menos una vez cada seis meses a un especialista en diabetes (un endocrinólogo o un diabetólogo). También deben hacerse revisiones oculares regulares (una vez al año) para asegurar la detección temprana de cualquier problema de visión relacionado con la diabetes.
Además, las personas con diabetes deben aprender a controlar su glucosa en sangre. Las pruebas diarias sirven para determinar la eficacia de los planes de comidas, actividades y medicamentos para mantener los niveles de glucosa en sangre en un rango normal. Manteniendo la glucemia en niveles cercanos a la normalidad se puede reducir el riesgo de desarrollar algunas de estas complicaciones en un 50% o más.
Preguntas frecuentes
¿Cuáles son las complicaciones de la diabetes?
Un exceso continuado de azúcar en sangre causa lesiones vasculares que puede causar graves daños en diversas partes del cuerpo. A continuación te mostramos cuáles son las peores complicaciones de la diabetes mellitus.
Enfermedades cardiovasculares
La enfermedad cardiovascular es la causa más común de muerte y discapacidad en diabéticos. Los problemas vasculares más comunes incluyen:
- Infarto
- Angina de pecho
- Ictus
- Insuficiencia cardíaca congestiva (debilidad cardíaca que conduce a una acumulación de líquido en los pulmones y los tejidos corporales circundantes).
La hipertensión, el colesterol alto y la hiperglucemia (comunes en la diabetes) son algunos de los factores que aumentan el riesgo de enfermedad cardiovascular.
Pie diabético
El daño vascular compromete la circulación de sangre a las extremidades. Es lo que ocurre en el pie diabético donde se el pie recibe menos oxígeno y se dañan los nervios de la zona. Estos problemas aumentan el riesgo de úlceras e infecciones. En el peor de los casos hay que amputar el pie por culpa de la necrosis.
Retinopatía diabética
La retinopatía es una enfermedad ocular causada por el daño a la red de vasos sanguíneos que irrigan la retina. La retinopatía puede causar una disminución de visión que acaba en ceguera si no se trata a tiempo. La retinopatía puede ser bastante avanzada antes de que afecte la visión, por lo que es importante que las personas con diabetes tengan exámenes oculares regulares.
Periodontitis
Con la diabetes existe un mayor riesgo de inflamación de las encías. La periodontitis es una causa importante de pérdida de dientes y también se asocia a un mayor riesgo de enfermedades cardiovasculares. Por ello una buena higiene bucal es clave en los pacientes diabéticos.
Nefropatía diabética
La diabetes es una de las principales causas de enfermedad renal crónica. La nefropatía se debe a los daños en los vasos sanguíneos que irrigan los riñones. Esto produce que fallen parcial o completamente.
Neuropatía periférica
Los niveles altos y prolongados de glucosa en sangre pueden dañar a cualquier nervio de nuestro cuerpo, pero lo más común es la neuropatía periférica, que afecta sobre todo a los nervios sensoriales en los pies.
La neuropatía periférica produce dolor, hormigueo y pérdida de la sensibilidad. Este último puede síntoma es especialmente grave pues puede hacer que otras lesiones pasen desapercibidas.
Esto es importante porque puede permitir que las lesiones pasen desapercibidas y provoquen úlceras, infecciones graves y, en los peores casos, amputaciones. El daño a los nervios también causa otros trastornos como disfunción eréctil, problemas digestivos, incontinencia urinaria…
Complicaciones del embarazo
Los altos niveles de glucosa pueden afectar el desarrollo del feto. Por ejemplo, aumentos en el tamaño y peso del bebé. Esto a su vez, puede producir problemas en el parto, como lesiones en el niño y/o el la madre o hipoglucemia después del nacimiento. Además, los niños que están expuestos a niveles altos de glucosa en la sangre en el útero tienen mayor riesgo de desarrollar diabetes tipo 2.
¿Qué alimentos puede comer un diabético?
Los carbohidratos en los alimentos se digieren y se absorben a diferentes velocidades. El índice glucémico (GI) es una forma de clasificar los alimentos que contienen carbohidratos (de 0 a 100) en función de si incrementan los niveles de azúcar en la sangre mucho, moderadamente o un poco.
Los alimentos con IG alto (más de 70) tienen carbohidratos que se digieren rápidamente y producen un nivel alto de glucosa en sangre. Los alimentos con IG bajo (entre 55 y 70) contienen alimentos que se digieren más lentamente y por tanto aumentan menos los niveles de glucosa en sangre. Comer alimentos con un IG bajo puede ayudar a los diabéticos a mantener niveles constantes de glucosa en sangre.
Esta es una lista de alimentos saludables recomendados a los diabéticos por su bajo IG:
- Frutas: manzana, naranja, pera, melocotón, uvas, kiwi, plátano y ciruelas.
- Verduras: la mayoría de las verduras tienen bajas cantidades de carbohidratos y por tanto poco efecto sobre los niveles de glucosa en sangre. La batata naranja, el ñame y el maíz dulce son las opciones con IG más bajas.
- Pan: integral, pan de frutas y masa madre.
- Lácteos: Los productos lácteos son un alimento ideal para las personas con diabetes. Además, las investigaciones sugieren que incluir los productos lácteos como parte de un estilo de vida saludable podría ayudar a reducir el riesgo de desarrollar diabetes. Los lácteos bajos en grasa son las mejores opciones para las personas con diabetes.
- Cereales: gachas tradicionales, muesli natural y algunas variedades ricas en fibra.
- Pasta y fideos.
- Arroz basmati y doongara.
- Granos: cebada, bulgur y sémola.
- Legumbres: frijoles (por ejemplo, alubias, frijoles, soja), guisantes y lentejas.
¿La diabetes es hereditaria?
Es cierto que la diabetes a menudo aparece en varios miembros de las familias, y que si uno de tus padres tiene diabetes, tus posibilidades de contraerla aumentan de forma significativa. Ciertos grupos de población también son más propensos a esta condición, lo que indica que la enfermedad tiene un componente genético.
Sin embargo, la diabetes no es una enfermedad hereditaria. Lo que se trasmite genéticamente es la predisposición a sufrirla. Esto quiere decir que los genes, por si solos, no son capaces de activar la diabetes. Ésta solo se manifestará si además existen otros factores externos como sedentarismo, sobrepeso o dieta inadecuada.