El exceso de información sobre los medicamentos, así como su fácil acceso en nuestra sociedad genera conductas de automedicación muy peligrosas, no sólo para nosotros mismos, sino también para los que nos rodean. Repasamos los principales riesgos de la automedicación.
La automedicación es una enfermedad moderna
Los medicamentos son sustancias químicas que producen efectos de diversa índole en nuestro organismo. Normalmente estos efectos son aprovechados por los médicos, que emplean la medicación para compensar y superar estados de enfermedad que alteran el correcto funcionamiento de nuestro cuerpo. Sin embargo, estos medicamentos pueden producir efectos no deseados, interacciones entre ellos, o generar nuevas alteraciones en nuestro organismo que deben ser controladas por un experto. El exceso de información de que disponemos hoy en día, provoca que las personas adquieran una conducta muy relajada acerca del empleo de estos medicamentos, aprendiendo y mecanizando el proceso patológico que presentaban con el medicamento prescrito por el médico, de tal forma que cuando vuelven a presentar los mismos síntomas, estos por cuenta ajena proceden a automedicarse sin consultar a un especialista, asumiendo riesgos que desconocen.
Las consecuencias de la automedicación pueden ser muy peligrosas
Debido a la diferente naturaleza de los medicamentos, los riesgos de la automedicación son muy variados. Uno de los principales riesgos de la automedicación lo presenta el consumo de antibióticos sin prescripción médica. Cuando presentamos una infección, la prescripción del antibiótico correcto es imprescindible, ya que habitualmente buscamos reducir la población de un microorganismo patógeno que está superando a nuestro sistema inmunológico, para que este sea capaz de eliminarlo. Sin embargo, en este proceso de medicación favorecemos que algunos microorganismos se hagan resistentes a él, impidiendo su eliminación por esta vía. Por este motivo, una de las consecuencias de la automedicación con antibióticos más graves es que llenamos nuestro cuerpo de microorganismos resistentes a ese antibiótico, por lo que, cuando este sea necesario, no funcionará. Sin embargo, los riesgos de la automedicación con antibióticos van más lejos, ya que no solo inmunizas a los posibles organismos patógenos de tu organismo, sino que estos pueden inmunizar a los de aquellas personas que te rodean, pudiendo ser el origen de una peligrosa epidemia.
Por otro lado, otro de los principales riesgos de la automedicación viene de la mano del consumo de ansiolíticos. Los ansiolíticos son medicamentos muy peligrosos que únicamente deben consumirse bajo estrecha prescripción médica y siempre bajo un riguroso control. Sin embargo, debido al ritmo de vida que llevamos y el estrés asociado, es cada vez más común el consumo de ansiolíticos entre la población, inclusive sin receta. Las consecuencias de la automedicación con ansiolíticos son muy severas, ya que este medicamento afecta al sistema nervioso central. En el último informe enviado a la unión europea, se describió como riesgos de la medicación con ansiolíticos el doble de probabilidad de sufrir demencia, graves alteraciones de piel y mucosas, y un sinfín más de problemas. En vista de esto, y teniendo en cuenta que estos efectos surgen a dosis prescritas por un especialista, quedan patentes los riesgos y consecuencias de la automedicación con ansiolíticos.
Además, otro de los riesgos de la automedicación son las interacciones que pueden producirse entre medicamentos, potenciándose sus efectos, o anulándose, como es el caso de mezclar anticonceptivos y antibióticos.
En vista de estos resultados, queda patente que los riesgos de la automedicación son muy superiores a los beneficios que pueden reportar, y que la medicación siempre debe estar bajo un estricto control médico que sepa analizar los riesgos y consecuencias, preservando la salud del paciente y de los que le rodean. Antes de automedicarte, consulta con tu especialista.
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