La información y la prevención son siempre las mejores maneras de evitar contraer, o sufrir un posible contagio de cualquier enfermedad. Más aún en el caso de enfermedades que apenas presentan síntomas, que son de difícil diagnóstico, y de las que se estiman que hay muchos más contagios de los que se conocen.

Para luchar contra una enfermedad como la hepatitis, no existe una mejor alternativa que estudiar y recopilar todos los conocimientos posibles acerca de qué es la hepatitis y cómo se contagia la hepatitis A, B o C.

Qué es la hepatitis

La hepatitis se trata de la inflamación del hígado provocada por una infección aguda en el órgano. Cabe la posibilidad de que la afección desaparezca de forma natural o que evolucione hacia otros problemas médicos más severos, como una fibrosis, una cirrosis o incluso cáncer de hígado.

La forma más habitual de contraer la enfermedad es a través de los propios virus de la hepatitis, aunque también puede aparecer la enfermedad debido a otras infecciones, enfermedades autoinmunitarias, o sustancias tóxicas como el alcohol y las drogas.

Cómo se contagia la hepatitis

Las formas más habituales de hepatitis son el virus de la hepatitis A, el virus de la hepatitis B y el virus de la hepatitis C. Todas con características y diagnósticos similares, pero que difieren en cuanto a las formas de contagio más probables.

La forma de contagio del virus de la hepatitis A, es por contacto y consumo con agua o alimentos contaminados por el virus. El virus se encuentra en las heces de las personas infectadas, de modo que una mala higiene puede hacer que se propague de una forma relativamente sencilla. También es posible contraer la enfermedad a través de algunas prácticas sexuales.

En el caso del virus de la hepatitis B, el contagio se produce por exposición directa a líquidos corporales infectados, como la sangre o el semen. Existe un factor de riesgo más elevado en personal sanitario que maneja instrumental infectado, o en el caso de realizar una transfusión con sangre o elementos infectados. También cabe la posibilidad de que el contagio se produzca de una mujer embarazada al feto en el momento del parto, o de un infectado a un bebé.

El virus de la hepatitis C se transmite principalmente a través del contacto con sangre contaminada. Al igual que ocurre en el caso del virus de tipo B, la zona de mayor riesgo se da en hospitales, mediante transfusiones o contacto con material infectado. Es posible la transmisión sexual, pero muy poco común.

Medidas de prevención y actuación ante un posible contagio

La higiene es un elemento básico para evitar la propagación del virus. Si eliminamos la posibilidad de entrar en contacto directo con las secreciones de una persona infectada, eliminamos también el riesgo por completo. Además, existen vacunas para prevenir el contagio de las formas A y B del virus, aunque no se conoce ninguna contra la forma C.

En el caso de un posible contagio, lo más importante es acudir a un hospital o centro médico. Coger la enfermedad a tiempo puede suponer la diferencia entre un malestar temporal, o algo que derive en una enfermedad mucho más peligrosa, llegando incluso a provocar la muerte.

Existen tratamientos contra todas las variaciones de la enfermedad, que pueden ser más o menos efectivos dependiendo del grado de infección. En este punto reside la importancia de contar con la mano de los profesionales cuanto antes.

Ahora que ya conoces qué es la hepatitis, y tienes una idea más completa de cómo se contagia la hepatitis A, B o C, puedes poner en práctica las medidas de prevención oportunas. ¿Conocías los riesgos de contraer esta enfermedad? Y, ¿sus formas de contagio? ¿Te quedan dudas al respecto? Cuéntanoslo en comentarios.

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