“Después de bien comido y bien bebido te vas a la cama y te quedas dormido”, o “el españolito fino después de comer siente frío». Son solo dos perlas de nuestro refranero, pero demuestran hasta qué punto la sabiduría popular puede tener una base científica. Porque estos dos refranes evidencian una realidad, y es que, ¿quién no ha sentido como el sueño le invadía después de una comida, especialmente si esta es copiosa? ¿O quién no ha tenido algo de frío después de comer? Pues estos dos fenómenos tienen una explicación común: la digestión.

¿Qué ocurre durante la digestión?

Como todos sabemos la digestión es el proceso por el cual transformamos los alimentos que ingerimos en nutrientes que después absorbemos y pasan al torrente sanguíneo, desde dónde se distribuyen a todo el cuerpo para ser usados como “combustible”. Por tanto una de las fases de la digestión es el paso de los nutrientes a la sangre, que se realiza a través de los capilares del intestino.

La absorción de nutrientes implica una gran afluencia de sangre a los capilares que rodean el sistema digestivo. El volumen de sangre que hay en el cuerpo es el que es, así que la acumulación de sangre en los vasos del intestino produce que haya menos sangre en otras partes del cuerpo. Y esto es precisamente lo que provoca el frío que se siente justo después de comer.

Frío y digestión

Somos animales de sangre caliente, lo que significa que nuestro sistema circulatorio actúa en cierto modo como sistema calefactor llevando calor a todas las partes de nuestro organismo. Cuando la sangre va al sistema digestivo el calor va con ella, y nuestra temperatura corporal disminuye, lo que nos deja con una sensación de frío.

Somnolencia y digestión

En cuanto a la somnolencia después de la comida, mucha gente cree que es porque hay menos sangre en el cerebro, lo que disminuye nuestro nivel de conciencia y nos induce al sueño. Sin embargo la explicación real es algo más compleja. En realidad se debe a la glucosa en sangre.  Al parecer los altos niveles de glucosa en el torrente sanguíneo, como los que se producen tras una comida, pueden desactivar un grupo de neuronas en el cerebro, las neuronas orexinas, que nos ayudan a mantenernos despiertos y alerta. De ahí se deduce que las comidas ricas en carbohidratos (dulces, bebidas azucaradas…) provocan más somnolencia.

¿Y qué mejor que un breve sueño tras una buena comida? Para no quedarte frío, simplemente usa una mantita, cualquiera de estas te dará un buen servicio:

La siesta es una de las costumbres españolas más conocidas (y envidiadas) de todo el mundo. La mayoría de los profesionales de la salud coinciden además en que un sueño breve después de la comida es bueno tanto para la salud física como para el bienestar mental. De hecho, varias empresas fomentan que los empleados tomen una siesta de unos 20 minutos después de comer y comentan que la productividad mejora. En el siguiente post hablamos en profundidad sobre los beneficios de la siesta española.

 

7 Comentarios

  • Gemma,

    A mi me da el frío después de comer sobre todo en el invierno por que en verano si tengo ese mismo frío no lo por que no lo noto tanto?

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