Con motivo del Día Mundial del Parkinson, celebrado el 11 de abril de cada año, vamos a analizar las principales causas del Parkinson, una enfermedad neurológica, crónica y degenerativa que, recientemente, se ha asociado también a problemas intestinales.

Un estudio realizado en el Instituto de Tecnología de California (EE.UU.) ha confirmado las teorías sobre la causa intestinal de la aparición del Parkinson: en análisis de la microbiota intestinal en pacientes humanos, se observó que tienen una flora intestinal fuera de lo común, con problemas gastrointestinales o circunstancias como el estreñimiento, que acaban derivando en problemas motores.

Los expertos que participaron en este estudio se mostraron muy satisfechos por el hallazgo, ya que, a su juicio, estas causas del Parkinson abren nuevas puertas para encontrar el mejor tratamiento posible para los afectados.

Por tanto, tal y como se pensaba antes, la vinculación de este trastorno neurológico con el intestino es evidente y se puede tratar de una de las primeras señales que indiquen el acercamiento hacia la aparición de esta enfermedad: los pacientes de Parkinson suelen tener problemas digestivos unos años antes de ser diagnosticados.

Aunque las causas del Parkinson concretas que desencadena esta patología es incierto aún, entre las causas que más se ha señalado en el origen del mal de Parkinson se encuentran la predisposición genética o desencadenantes ambientales como la exposición a ciertas toxinas u otros factores de este tipo.

Un afectado puede tardar hasta 3 años en ser diagnosticado

Esta es una de las enfermedades más comunes, ya que afecta a más de 150.000 personas en España, que incide en el sistema nervioso del paciente afectando a su movimiento. Distintas circunstancias generan dificultad a la hora de conseguir un diagnóstico certero, ya que en la actualidad se estima que los pacientes pueden tardar hasta tres años en recibir la respuesta a estos síntomas.

Se trata de la segunda enfermedad neurodegenerativa más común, tras el Alzheimer, que se manifiesta, sobre todo, mediante temblores progresivos a lo largo del tiempo.

Muchos expertos en esta patología lamentan que sea este el único signo con el que se suele asociar el Parkinson, ya que, a medida que avanza, se dan otro tipo de síntomas, tales como rigidez muscular, un movimiento lento, cambios en la dicción, incapacidad para movimientos automáticos o un equilibrio deteriorado.

Además, casi la mitad de los pacientes no presentan temblores significantes cuando se le diagnostica esta patología, por lo que las contracturas constantes, la lentitud en el movimiento o la rigidez pueden contribuir a un diagnóstico eficaz.

No solo los mayores pueden sufrir la enfermedad Parkinson

También es muy habitual asociar esta enfermedad a pacientes con edad avanzada, una creencia errónea teniendo en cuenta que puede afectar también a personas jóvenes.

Aunque el 70% de los pacientes superan los 65 años de edad, la incidencia en los menores de 50 se sitúa en un 15%, por lo que no se trata de un trastorno exclusivo de la tercera edad.

Los pacientes y las asociaciones dedicadas a la defensa de sus derechos insisten constantemente en la necesidad de más fondos para la atención e investigación de esta enfermedad, para la que, de momento, no hay cura y se sigue buscando los mejores medios para garantizar una mejor calidad de vida.

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