Según las estadísticas los españoles duermen poco y mal. El 67% admite no hacerlo lo suficiente y el 24% considera que debería dormir 2-3 horas más al día. Entre las causas más habituales para un mal descanso están el estrés (casi en la mitad de los que duermen mal) seguido de un mal colchón (en un 22% de los casos).
La importancia de un buen colchón
¿Cómo es posible que el colchón se haya convertido en uno de los principales problemas para el descanso? Los estudios vuelven a darnos la clave, y es que según la Asociación Europea de Fabricantes de Camas los españoles somos los europeos que dormimos sobre colchones más viejos. Tardamos una media de 12 años en cambiar de colchón, cuando lo recomendable es hacerlo cada 10.
Usar un mal colchón no solo afecta a nuestro descanso, sino también a nuestra espalda, elevando el riesgo de problemas lumbares.
Los expertos en sueño señalan que un buen colchón no debe ser ni demasiado duro ni demasiado blando. Lo ideal es que el colchón sostenga bien el cuerpo pero adaptándose a la curvatura natural de la espalda. También recomiendan el uso de almohadas viscoelasticas, ya que este material no presiona la cabeza.
¿Qué colchón elegir?
Existen muchos colchones en el mercado que ofrecen mejorar nuestro descanso. A la hora de escoger es importante quedarse con uno en el que se distribuyan perfectamente el peso y la presión de tu cuerpo.
Buen ejemplo de ello son los colchones de TEMPUR, que utilizan un material diseñado por la NASA para que los astronautas estuviesen cómodos durante el despegue. Tanto es así que los colchones de esta marca han sido reconocidos y galardonados por la US Space Foundation, además de ser el elegido por deportistas de élite como Serena Williams.
Beneficios de dormir bien
Además de despertarnos más felices y relajados, dormir bien tiene otros beneficios, algunos de ellos sorprendentes:
Aumenta el rendimiento: cuando estamos descansados somos más productivos y eficientes. Por el contrario, un mal descanso provoca problemas de concentración a lo largo del día.
Ayuda a perder peso: diversos estudios han encontrado relación entre sueño y obesidad. Por ejemplo, uno de ellos relaciona el buen descanso con la disminución de una hormona llamada grelina, que desencadena la sensación de hambre.
Protege al corazón: quienes duermen más tienen más posibilidades de sufrir un ataque al corazón; además de sufrir estrés, que a la larga puede causar hipertensión arterial.
Fortalece al sistema inmune: el mal sueño perjudica a nuestras defensas, haciéndonos más susceptibles a todo tipo de enfermedades.
Así pues, vale la pena invertir en un buen colchón que garantice un descanso placentero.
Y tú, ¿tienes problemas para dormir? ¿Cada cuánto cambias de colchón? Los comentarios están abiertos.
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