El 27 de diciembre de 1822 nacía Louis Pasteur, químico francés famoso por haber diseñado el proceso de pasteurización de la leche, tan necesario para que la leche que tomamos a diario esté libre de microorganismos perjudiciales. ¿Alguna vez te has preguntado en qué consiste este proceso? Te lo contamos.
Qué es la pasteurización
La pasteurización es una técnica que reduce la presencia de patógenos en alimentos líquidos (leche y otros).
El proceso consiste en calentar el líquido a temperaturas entre los 55 y 70 ºC y luego enfriarlo rápidamente. La temperatura no es lo suficientemente alta para hacer hervir la leche (si la leche hirviese se cuajaría) pero sí lo bastante para matar a una gran cantidad de bacterias.
He aquí una puntualización importante, la pasteurización no mata a todos los microorganismos, por lo que no puede considerarse un método de esterilización, pero si reduce lo bastante la carga bacteriana de la leche como para hacerla segura. Dicho esto, existen varios tipos de pasteurización.
Tipos de procesos de pasteurización de la leche
Tratamiento de alta temperatura a corto plazo (HTST): este proceso utiliza un calor más elevado durante menos tiempo para matar las bacterias patógenas. Por ejemplo, la leche se pasteuriza a 72 ° C durante 15 segundos.
Tratamiento a baja temperatura y tiempo prolongado (LTLT): este proceso utiliza menos calor durante más tiempo para matar bacterias patógenas. Por ejemplo, la leche se pasteuriza a 63 ° C durante 30 minutos.
Es importante recordar que los tiempos y las temperaturas dependen tanto del tipo de alimento y como del resultado final que uno quiere lograr. La pasteurización puede afectar la composición de nutrientes y el sabor de los alimentos. En el caso de la leche, por ejemplo, los tratamientos de corta temperatura y alta temperatura (HTST) causan menos daño a la composición de nutrientes y las características sensoriales de los alimentos que los tratamientos a baja temperatura y de larga duración (LTLT).
El uso de la pasteurización para matar bacterias patógenas ha ayudado a reducir la transmisión de enfermedades tan peligrosas como fiebre tifoidea, la tuberculosis, la escarlatina, la polio o la disentería.
Es importante tener en cuenta que los alimentos pueden contaminarse incluso después de haber sido pasteurizados. Por eso todos los alimentos pasteurizados deben ser refrigerados ya que de otro modo podrían ser colonizados por microorganismos.
El proceso de pasteurización no fue el único hallazgo que nos dejó Pasteur. También Es el responsable de otros grandes avances de la ciencia, como la vacuna contra la rabia. Sin duda una de las metes más brillantes de los últimos 200 años.
Os dejo sin antes decir que este proceso, se usa en los quesos pasteurizados por si queréis indagar más dentro de ello.
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