Hace unos días, concretamente el 4 de febrero, se celebró el Día Mundial del Cáncer. La palabra “celebrar” puede parecer paradójica en este caso, pero realmente hay motivos para la celebración. El principal de ellos es que, poco a poco, le estamos ganando la batalla a la enfermedad.

Porque eso es la lucha contra el cáncer, una batalla en la que todos estamos implicados, desde médicos y científicos hasta el ciudadano de a pie. Al enemigo ya le conocemos. Para empezar, tiene muchas caras, más de 200 enfermedades diferentes se agrupan bajo el nombre de cáncer, pero todas consisten en un crecimiento y propagación incontrolados de células anormales en el organismo. Según el tejido del que procedan estas células hablaremos de Cáncer de pulmón, cáncer de mama, cáncer de hígado, etc. Prácticamente cualquier parte del organismo puede verse afectada.

El enemigo es feroz. El cáncer es una de las principales causas de fallecimiento. Sólo en 2008 provocó 7,6 millones de muertes en todo el mundo (aproximadamente un 13% del total de defunciones). Además, según un informe de 2009, uno de cada tres hombres y una de cada cuatro mujeres serán diagnosticados de cáncer en su vida. Pero no hay que dejarse intimidar  por estas cifras. Es cierto que la incidencia del cáncer está aumentando –lo cual tiene mucho que ver con el envejecimiento poblacional, ya que las posibilidades de tener cáncer aumentan con la edad-, pero también es cierto que la mortalidad del cáncer no para de disminuir. Por ejemplo, en España desde 1990 a 2002 el índice de supervivencia al cáncer subió del 56,4% al 59% en mujeres y del 44% al 49,5% en hombres.

Es decir, cada vez más personas se enfrentan al cáncer, y cada vez más personas le ganan el pulso. El enemigo no ha cambiado, pero nosotros estamos más preparados para combatirlo. Sabemos más cosas del cáncer, por ejemplo, que su principal causa prevenible es el consumo del tabaco (que está detrás del 22% de muertes por la enfermedad), de modo que, según los expertos, más de un 30% de los canceres podrían prevenirse llevando un estilo de vida saludable (sin tabaco, moderando el alcohol, comiendo buenos alimentos y haciendo algún ejercicio). Y si acaba apareciendo, ahora podemos detectar antes su presencia, gracias a las técnicas de diagnostico precoz, y contamos con un mejor arsenal para acabar con él, minimizando los efectos secundarios sobre nuestro organismo.

La lucha contra el cáncer sigue siendo dura, pero perder el miedo es el primer paso hacia la victoria.

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