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La eficacia de las proteínas R-spondin1 y Slit2 ha sido probada en ratones. Falta por saber si los resultados podrían trasladarse a humanos.

En nuestro anterior post hablamos sobre el último gran hallazgo en la búsqueda de una cura contra el cáncer (podéis leerlo en Nuevos tratamientos contra el cáncer). Recordemos que en dicha investigación el Dr. Jian-Guo Geng se abría la posibilidad de destruir al cáncer usando dosis extremas de quimioterapia o radiación sin que el organismo del paciente quedase gravemente dañado durante el proceso. Vamos a indagar en las claves de esta nueva investigación.

El estudio del Dr. Geing junto con su equipo de la universidad de Michigan fue realizado en ratones con cáncer metastásico (cáncer en sus últimas etapas) a los que se sometió a un tratamiento de radiación y quimioterapia intensiva. En este estudio encontraron dos proteínas, R-spondin1 y Slit2, capaces de estimular a las células madre del intestino para que regeneren el tejido dañado por la quimio y la radioterapia.

En condiciones normales las células madres (células capaces de multiplicarse y diferenciarse en distintos tipos de tejidos) están presentes en el tracto digestivo para reparar posibles lesiones del tejido, sin embargo se encuentran en cantidades insuficientes para que este resista los estragos causados por las altas dosis de quimio o radioterapia necesarias para eliminar el cáncer en sus etapas más avanzadas. Por eso, conseguir la proliferación de células madre del intestino de los ratones hizo que estos estuviesen mucho más capacitados para sobrevivir al agresivo tratamiento médico al que se les expuso para curarles el cáncer. Los resultados fueron elocuentes: en el primer estudio entre el 50 y el 75% de los ratones a los que les inyectaron las proteínas R-spondin1 y Slit2 sobrevivieron al tratamiento, cifras significativamente superiores a las habituales. El próximo paso del equipo del Dr. Geing será que este porcentaje ascienda al 100%.

De momento el efecto de las proteínas R-spondin y Slit2 solo ha sido probado en ratones. Queda por saber si sus resultados podrían trasladarse a humanos. De ser así se habla de administrar estás dos proteínas a los enfermos de cáncer junto con las terapias habituales de quimio o radiación. Así los pacientes sometidos a radiaciones o quimioterapia podrían proteger el intestino durante todo el tratamiento, ya que este resistiría sus efectos negativos. El intestino es clave para mantener vivo al sujeto, principalmente porque es allí donde se da la absorción de nutrientes. Con el intestino funcionando correctamente, las posibilidades de supervivencia de los pacientes aumentarían considerablemente

¿Nos hallaremos ante un nuevo paso para la cura definitiva del cáncer? Sólo el tiempo lo dirá.

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