Quizás el procedimiento más usado para intentar averiguar si un cáncer se ha extendido sea la biopsia selectiva del ganglio centinela. Explicaremos en que consiste, pero antes una  pequeña introducción para ponernos en antecedentes.

¿Por qué se usa la biopsia selectiva del ganglio centinela?

En el cáncer, como en otras muchas enfermedades, el diagnostico precoz mejora el pronóstico. Antiguamente, ante cualquier tumor muchas veces se planteaba el procedimiento de cirugía de una forma muy agresiva, a fin de evitar que tras la operación quedasen células tumorales que pudiesen provocar una recidiva. Obviamente en aquel entonces no se contaba con los medios que existen ahora, y muchas veces el cirujano sólo dependía de su instinto a la hora de asegurarse que la cirugía eliminaba todo rastro de cáncer. De esta forma se llevaban a cabo procedimientos innecesarios sólo por precaución, por ejemplo extirpando completamente el pecho a una mujer que sufriera un tumor de mama.

Hoy en día se intenta usar procedimientos menos drásticos siempre que sea posible y evitar secuelas de la cirugía como perdida de funcionalidades o incluso las secuelas psicológicas que puedan acarrear (como en el caso de la citada extirpación de mama). Para eso es necesario emplear técnicas que permiten valorar la extensión de un cáncer para que la cirugía sea lo menos agresiva posible. Y una de esas técnicas (quizás la más utilizada, como ya hemos dicho) es la biopsia selectiva del ganglio centinela.

En que consiste la biopsia selectiva del ganglio centinela

El ganglio centinela es el primer ganglio que recibe drenaje linfático de un tumor. Como es bien sabido, las células tumorales pueden diseminarse a través de los vasos linfáticos, extendiéndose a otros tejidos y produciendo la metástasis. Por tanto si en una biopsia de ganglio centinela se observan células tumorales es probable que el cáncer se haya extendido. En ese caso habrá que extirpar más ganglios linfáticos de la zona y hacer una cirugía más agresiva (o en el caso de que el cáncer este muy diseminado, no hacer nada, ya que la cirugía posiblemente no salvaría al paciente y solo llevaría a un empeoramiento de su calidad de vida). En caso de que la biopsia selectiva del ganglio centinela fuese negativa, se tendría cierta seguridad de que el cáncer no se ha extendido, por lo que la cirugía sería más localizada y menos traumática. El número de ganglios linfáticos que deben extirparse depende del paciente, del cirujano y del patólogo.

Vemos entonces que la biopsia del ganglio centinela modifica el enfoque quirúrgico, minimiza la morbilidad y mejora la precisión del tratamiento y la supervivencia del paciente. Sin embargo está el problema de cómo localizar el ganglio centinela. Para solucionar este problema se recurre a las técnicas de imagen médica como con la biopsia de ganglio centinela guiada por imágenes que permite planificar la operación y guiar, en la medida de lo posible, su desarrollo.

La biopsia del ganglio centinela da buenos resultados en la estatificación de canceres como el cáncer del colon y del cáncer gástrico. Cuantos más ganglios se biopsien, más precisa será la estadificación (conocer en qué etapa se halla el cáncer) y mejor la supervivencia de los pacientes.

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