La obsesión por encajar en los restrictivos cánones de belleza en la sociedad actual es una de las principales causas de los desordenes alimenticios. Trastornos severos que se ceban con los más jóvenes y entre los que destaca, por su gravedad, la anorexia nerviosa. 

Cuando la percepción del cuerpo se altera y estas conductas se vuelven extremas, aparece la enfermedad conocida como anorexia nerviosa, en la que el individuo rechaza por completo la comida, provocando una numerosa lista de enfermedades y trastornos asociados, pudiendo llegar a ocasionar la muerte del individuo.

 ¿Qué es la anorexia nerviosa?

La anorexia nerviosa es un trastorno neurótico caracterizado por el rechazo sistemático a la alimentación. El paciente se niega a comer, lo que tiene graves consecuencias sobre su salud y puede causarle incluso la muerte.

En primer lugar hay que tener claro que anorexia nerviosa no es lo mismo que anorexia a secas. La anorexia, cuyo nombre proviene del griego y significa negación del apetito, describe una sintomatología de falta de apetito provocada por otras causas como enfermedades digestivas, fiebre, o enfermedades cotidianas comunes en las que el sujeto simplemente carece de apetito. La anorexia nerviosa, por otro lado, en una enfermedad grave que provoca el rechazo a la comida por miedo a engordar. En muchos casos el enfermo tiene una imagen distorsionada de su figura, viéndose mucho más gordo de lo que en realidad está.

A pesar de su triste actualidad, la anorexia nerviosa no sólo no es una enfermedad actual. Los primeros casos de anorexia nerviosa se describieron en la Edad Media. Si bien en esa época los cánones de belleza eran totalmente opuestos a los actuales, este trastorno estaba más asociado con hábitos religiosos y espirituales, lo que confirma el elevado componente psicológico de esta enfermedad. La anorexia nerviosa es muy común entre las mujeres, con diferentes grados de intensidad, y poco usual entre los hombres, aunque sí que afecta a una pequeña parte de la población masculina. El origen de la enfermedad es habitualmente durante la adolescencia, entre los 15 y 19 años, aunque en su evolución actual cada vez se dan casos más jóvenes.

Dentro de la anorexia nerviosa, existen dos grupos principales de afección, el restrictivo y el compulsivo. La anorexia nerviosa restrictiva se caracteriza por un elevado ejercicio físico y una dieta severa, mientras que la anorexia nerviosa compulsiva, además del ejercicio y la dieta, presenta la inducción de vómitos por parte del individuo. En ambos casos, se han determinado fuertes correlaciones entre la anorexia nerviosa con las relaciones familiares y el consumo de alcohol en el hogar.

 ¿Cuáles son los síntomas de la anorexia nerviosa?

Los principales síntomas de la anorexia nerviosa son delgadez extrema, (los enfermos pueden llegar a perder hasta el 50% de su peso corporal) y un fuerte estrés psicológico por el temor obsesivo a un aumento de peso. Esto último deriva en episodios de ansiedad y depresión.

Entre los síntomas más frecuentes de la anorexia también se encuentra la amenorrea o suspensión del ciclo menstrual. Además, existen otros síntomas de la anorexia nerviosa, como cefaleas, caries dentales, osteoporosis, hipoglucemia o manifestaciones dermatológicas como gingivitis o acné. En algunos casos, entre los síntomas de la anorexia nerviosa también podemos encontrar afecciones cardíacas como bradicardia o arritmia, que conllevan a paro cardiaco y a la muerte del individuo.

A pesar de que los síntomas de la anorexia nerviosa abarcan un rango que van desde lo severo hasta lo letal, habitualmente los pacientes son difíciles de ayudar ya que no sólo no se consideran enfermos, sino que rechazan tajantemente cualquier tipo de ayuda, provocando un grave sufrimiento en su entorno.

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