El hipertiroidismo, o tiroides hiperactiva, es un trastorno metabólico en el que la glándula tiroides produce demasiada cantidad de tiroxina. También se le llama a menudo tiroides hiperactiva. En este post veremos los principales síntomas y signos del hipertiroidismo y también cómo se trata la enfermedad.
La tiroides es una glándula con forma de mariposa que se encuentra en la base del cuello, justo debajo de la nuez de Adán. A pesar de su pequeño tamaño, tiene una gran importancia.
La glándula tiroides produce dos hormonas principales, la tiroxina (T 4) y triyodotironina (T-3). Estas hormonas mantienen la velocidad a la que el cuerpo utiliza las grasas e hidratos de carbono, ayudan a controlar la temperatura de su cuerpo, influye en la frecuencia cardíaca, y ayudan a regular la producción de proteínas. La tiroides también produce calcitonina, una hormona que ayuda a regular la cantidad de calcio en la sangre.
Síntomas y signos del hipertiroidismo
El hipertiroidismo puede acelerar significativamente el metabolismo corporal, causando los siguientes síntomas:
- Bocio (esto es un agrandamiento de la glandula tiroides que aparece como una hinchazón en la base del cuello)
- Pérdida repentina de peso. Se pierde peso incluso cuando las ganas de comer y la cantidad de alimento sean las mismas o aumenten.
- Aumento del apetito.
- Fatiga y debilidad muscular.
- Evacuaciones más frecuentes y otros cambios en los patrones intestinales.
- Taquicardia (aumento de la frecuencia cardiaca) que suele estar en más de 100 latidos por minuto.
- Arritmias (pulso cardiaco irregular).
- Palpitaciones.
- Sudoración excesiva.
- Mayor sensibilidad al calor.
- Irritabilidad, nerviosismo y ansiedad.
- Temblores en las manos y en los dedos.
- Cambios en la periodicidad del ciclo menstrual.
- Dificultades para dormir.
- Vello fino y quebradizo.
- Oftalmopatia de Graves.
Tratamiento del hipertiroidismo
Hay varias opciones disponibles para el tratamiento del hipertiroidismo. Suelen emplearse yodo radioactivo y medicamentos anti tiroideos para disminuir la producción de hormonas tiroideas.
En ocasiones puede optarse por la cirugía y simplemente extirpar completa o parcialmente la glándula tiroides.
La mayoría de las personas no tienen mayores problemas cuando se las diagnostica y se les proporciona el tratamiento adecuado.
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