Arranca septiembre, lo que para la mayoría de los españoles significa la vuelta al trabajo. Significa también que durante al menos unos días oiremos hablar sobre el síndrome postvacacional (al igual que es inevitable hablar de la cuesta de enero después de vacaciones). Por eso queremos indagar un poco sobre este síndrome.

Naturalmente, no suele sentar bien volver a la rutina diaria tras unos días de vacaciones, pero… ¿De verdad podemos hablar de síndrome postvacacional? Pues algo de fundamento médico existe. La explicación estaría en el desajuste en nuestro ritmo de vida. Durante las vacaciones nuestro ritmo de vida cambia por completo: generalmente nos acostamos más tarde, dormimos más horas y nos despertamos después. También cambiamos nuestros hábitos de alimentación; no es lo mismo comer en el trabajo con prisas que hacerlo en casa, en un hotel o en un restaurante, dónde la sobremesa puede alargarse un buen rato.  Y, por supuesto, en vacaciones no tenemos el nivel de estrés o de tensión que arrastramos habitualmente en nuestra jornada laboral. En definitiva, la causa de los síntomas del síndrome postvacacional son el reajuste horario y la vuelta a un ritmo diario más exigente tras un periodo de relax. Eso hace que nuestro organismo se resienta en mayor o menor medida hasta que se adapta nuevamente a la rutina.

¿Cuáles son los síntomas del síndrome postvacacional?

Los síntomas que se pueden notar son varios, tanto físicos como psíquicos. Por un lado podemos experimentar cansancio, malestar estomacal, insomnio, taquicardia, poco apetito, sensación de ahogo, dolor muscular y taquicardia. Por otro lado podemos sentirnos nerviosos, irritables, tristes y angustiados.

Los expertos coinciden en que los síntomas del síndrome postvacacional – que ni siquiera está reconocido oficialmente como enfermedad sino como un “conjunto de reacciones sin entidad clínica”- dependen en gran medida de la percepción subjetiva de la persona. Es decir, no afecta igual a todas las personas. Si alguien disfruta de su trabajo posiblemente no experimente ninguno de los síntomas de síndrome postvacacional; en cambio si no le gusta su empleo, puede que tenga alguno de los síntomas del síndrome.

Se calcula que el 35 % de los españoles sufren síndrome postvacacional, aunque en un estudio elaborado por una conocida ETT el 56% de los encuestados afirmaba sufrirlo, aunque en realidad muchos de los que lo dicen están simplemente desganados.

Las más susceptibles al síndrome postvacacional son mujeres de entre 40 y 45 años, con estudios universitarios y que trabajan de cara al público. La duración del síndrome es de 1 a 2 semanas y se pasas sin ningún problema; si dura más seguramente se trate de algo más serio.

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