Seguro que alguna vez has jugado a buscar formas en las nubes con tus amigos, con tus padres o con tus hijos. Este divertido juego, en realidad es algo que nuestra mente hace continuamente, incluso aunque no nos demos cuenta. Se conoce como pareidolia en psicología, y se basa en ver imágenes de caras en cualquier objeto. Si quieres conocer más sobre este interesante efecto, sigue leyendo.
Qué es pareidolia
La pareidolia se define como un fenómeno psicológico donde un estímulo visual aleatorio se percibe erróneamente como algo reconocible, generalmente una cara, pero que también puede adquirir otras formas. Este fenómeno es muy habitual, y responde a causas físicas que eran desconocidas hasta hace poco.
Por qué vemos imágenes de rostros
Nuestra mente trata de comprender la información por el camino más rápido, y esto es, ante algo aleatorio, buscar un parecido razonable al que asociarlo. Al parecer, es un buen síntoma para nosotros, y es que esto ocurre cuando las conexiones cerebrales funcionan correctamente.
Además, un estudio de la universidad holandesa de Vrije explica que nuestros pensamientos condicionan la forma en que la luz llega a nuestros ojos y es recogida por nuestro cerebro, presumiendo que el entorno tiene relación con ese pensamiento. Por ejemplo, al pensar en un animal concreto, es probable ver la forma de ese animal en una nube. A pesar de lo que se creía, no tiene mucho que ver con la imaginación, simplemente es una función conjunta de la corteza frontal y la corteza visual posterior.
Algunos expertos señalan incluso que las personas que ven formas en objetos aleatorios tienen una ventaja evolutiva, de modo que todo lo que se obtienen son conclusiones positivas de este fenómeno.
Qué cosas vemos en objetos
Además de las caras que podemos ver en cualquier objeto inanimado, existen otras cosas que aparecen habitualmente con este fenómeno. Entre los ejemplos más comunes de la pareidolia, se encuentran:
- Ver animales o caras en la forma de las nubes
- Ver imágenes humanas en la naturaleza, montañas, árboles, piedras, etc.
- Ver caras en la parte trasera o delantera de un coche.
- Ver rostros en edificios.
- Ver personas o siluetas en el suelo o en la carretera.
- Ver imágenes religiosas en objetos cotidianos.
En el fondo, esta habilidad nos sirve para reconocer personas, estados de ánimo, etc. Todo producido por siglos de selección natural y de perfeccionamiento del cerebro. Lo que ahora nos permite, por ejemplo, identificar algunos signos escritos con el teclado del ordenados como caras que transmiten sentimientos.
Como ves, observar imágenes de caras en objetos inanimados no es ningún problema de salud, todo lo contrario, significa que todo está en orden y que tu cerebro va por buen camino. ¿Cuál es la figura más rara que has visto en un objeto? Déjanos tu comentario.
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