Se acerca el último fin de semana de octubre y, con él, el momento del cambio de horario de invierno 2019, que se producirá este año el domingo 27 de octubre.
Los cambios en la hora ha sucedido en las últimas décadas como un mecanismo para adaptar nuestros hábitos a los del resto de Europa, teniendo en cuenta las jornadas laborales y las escasas horas de luz de las que se pueden disfrutar durante el periodo en que está vigente el horario de invierno.
Pero, ¿es beneficioso o perjudicial para el organismo? En este post vamos a tratar sobre el origen de este cambio de hora, si realmente afecta al cuerpo humano y las medidas para que esta modificación pase totalmente desapercibida para nosotros.
Por qué se establece el cambio de horario
El cambio de horario es una modificación que surgió en la Segunda Guerra Mundial para ahorrar energías.
En los últimos años, se ha incentivado notablemente el debate sobre si son necesarios estos cambios o no.
Si miramos el mapamundi junto a los husos horarios que se asocian a cada zona, nos percatamos de que España no cumple con el horario que le corresponde por naturaleza: este hecho se debe a que durante la dictadura, Franco tenía la obsesión de sincronizarse con Alemania, de ahí que decidiera adelantar una hora el reloj español e igualarse con los germanos.
Desde entonces, no se realizó ninguna modificación, salvo el cambio de horario de invierno y el de verano en el que debemos atrasar y adelantar la hora, respectivamente.
¿El cambio de horario de invierno 2019 afecta a la salud?
Se ha generado debate acerca de los pros y los contras de estas modificaciones en el reloj, incluso atendiendo a los posibles problemas que pueden surgir en la salud de las personas.
El organismo, aunque solo sea una hora, nota el desfase de tiempo, con una alteración en el ritmo biológico, que tiene su horario estipulado para cada una de las acciones que se desempeña en la rutina diaria.
Así, el ciclo circadiano -la regulación del ritmo sueño-vigilia durante las 24 horas- experimenta un cambio que puede afectar al rendimiento de las personas, provocando una sensación de que las jornadas se prolongan demasiado.
Algunos estudios han determinado que son especialmente las mujeres las que notan sus efectos, ya que su ritmo circadiano es aún más corto que el de los varones.
Las consecuencias van desde un mayor cansancio hasta problemas para conciliar el sueño y pasando por una mayor irritabilidad o una sensación de no haber descansado al despertar.
Todos estos fenómenos redundan en un mayor agobio y estrés que afecta considerablemente al ritmo de vida de la persona, incluso en mayor medida si la mujer está en menopausia.
Consejos para que el próximo cambio de hora no te afecte
A continuación, te ofrecemos una serie de consejos para minimizar los efectos del próximo cambio de hora:
- Acostarse y levantarse a la misma hora
- No tomar sustancias excitantes
- Establecer una rutina antes de dormir (leer, un baño, etc.)
- Siestas cortas
- Cena ligera y con un mínimo de dos horas de antelación a irse a la cama
- Hidratación y dieta sana
- Hacer ejercicio físico (siempre con suficiente antelación antes de dormir)
Estos son algunos de los aspectos más destacados sobre el cambio de horario de invierno 2019. ¡Cuéntanos tu experiencia en comentarios!
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