Terrazas llenas, gente paseando por las parques, buen tiempo, más horas de sol… Son ese tipo de cosas las que convierten la primavera en una de las épocas más deseadas por la gente. Sin embargo, algunas personas se sienten decaídas en esta época del año. Por ejemplo, quienes sufren un trastorno llamado astenia primaveral. Tq econtamos qué es la astenia primaveral y cuáles son sus causas.
¿Qué es la astenia primaveral?
La astenia (término que viene del griego y que significa literalmente carecer de fuerza) es una sensación generalizada de falta de energía, tanto física como mental, que se manifiesta en forma de desgana, cansancio, fatiga, somnolencia y debilidad. No se sabe a cuanta gente puede afectar (al no estar reconocida como enfermedad no hay estadísticas al respecto) pero se sabe que, por lo general, es más habitual en mujeres que en hombres. No está reconocida como enfermedad, sino que se cree que podría ser síntoma de trastornos como el estrés, la depresión o el síndrome de fatiga crónica.
La astenia primaveral es un tipo de astenia que aparece durante esta época del año. Muchos médicos consideran la astenia primaveral un mito y afirman que no hay estudios científicos que demuestren su existencia, ni siquiera que en primavera halla más casos de astenia. Según esta teoría la astenia primaveral podría reducirse a un simple decaimiento temporal atribuible al cambio de horario -que trastoca nuestro reloj biológico- o al aumento de temperatura -y de otras condiciones ambientales como la humedad y la presión atmosférica- típico de la primavera y que puede notarse durante un máximo de dos semanas; más o menos el tiempo que tarda el cuerpo en adaptarse a la nueva situación. Otros expertos explican la astenia primaveral como un descenso en el nivel de endorfinas, hormonas que proporcionan la sensación de bienestar.
En cualquier caso no hay que obsesionarse demasiado, ni empezar a tomar vitaminas o compuestos estimulantes sin ton ni son. Sus posibles efectos serían más bien debidos al efecto placebo. Es más eficaz seguir algunas pautas para conseguir que el organismo se resitúe en la nueva época: actividad física moderada; comer cereales, frutas y verduras, todas ello en abundancia; y sobre todo mantener un horario regular de descanso (ocho horas de sueño al día) y comidas.
Realmente sólo debe haber motivo de preocupación si el cansancio y la falta de ánimo duran demasiados días, en cuyo caso lo mejor sería consultar con nuestro médico de cabecera para buscar las causas.
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