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La hernia de hiato, hernia esofágica, hernia diafragmática o hernia hiatal es un problema más común de lo que se cree. Según las estadísticas, la afección la sufre casi el 20% de la población, aunque muchas pueden tenerla sin saberlo y en otros casos puede convertir la hora de la comida en un suplicio. En esta página conocerás la información más relevante sobre hernia de hiato, incluyendo por qué se produce la hernia de hiato y cuáles son sus síntomas.
¿Qué es una hernia de hiato?
El hiato es el orificio por el cual el esófago atraviesa el diafragma y pasa de la porción torácica a la abdominal. Una hernia ocurre cuando un órgano sobresale a través de la pared muscular que lo rodea. La hernia de hiato ocurre cuando parte del estómago se introduce en el tórax a través del hiato.
Las hernias pueden ocurrir por varias razones, que incluyen:
Nacer con un hiato inusualmente grande, que facilita el paso del estómago.
Lesiones o traumas en el área, como que el cinturón de seguridad comprima la zona durante un accidente de tráfico.
Obesidad
Una presión persistente e intensa en los músculos circundantes causada por:
Tos crónica
Levantamientos de objetos pesados
Vómitos repetitivos
Esfuerzos durante la defecación
La mayoría de las veces, las hernias de hiato son tan pequeñas que podrían no sentirse en absoluto. Pero si la hernia es un poco más grande, podría forzar que la abertura del diafragma se haga más grande también. En ese punto, todo el estómago y otros órganos corren el riesgo de deslizarse hacia la cavidad del tórax.
¿Cuáles son los síntomas?
En muchos casos, una hernia hiatal no tiene síntomas. SI los hay serán uno o varios de los siguientes:
Eructos
Nauseas
Vómitos
Reflujo gástrico de contenido ácido o estomacal hacia el esófago o la garganta
Acidez
Regurgitación
Dificultad para tragar
Las hernias para esofágicas pueden tener síntomas más graves. Estos pueden incluir:
Problemas para tragar alimentos sólidos
Sentirse lleno después de comer solo una pequeña cantidad de comida
Dolor abdominal o en el pecho
Sangrado abdominal
Pérdida de sangre (anemia)
En algunos casos, una hernia para esofágica puede provocar una emergencia médica. El estómago o los órganos abdominales pueden retorcerse causando un gran dolor. También existe el peligro de que se corte el suministro de sangre del estómago (estrangulación). Esto necesitaría una cirugía inmediata.
Una hernia hiatal en sí misma rara vez causa síntomas. El dolor y la incomodidad se deben al flujo de ácido estomacal, aire o bilis.
Tipos de hernia de hiato
Existen cuatro tipos de hernias de hiato:
Hernias de hiato tipo I o Hernia de hiato deslizante
La mayoría de las hernias de hiato son de tipo I o "hernias deslizantes”. Se llaman así porque la unión gastroesofágica se desliza de forma intermitente hacia el interior del pecho a través de la abertura en el diafragma. (También puede involucrar una pequeña porción del estómago.) Generalmente causa la enfermedad por reflujo gastroesofágico (ERGE). La ERGE ocurre cuando el esfínter esofágico (el músculo inferior del esófago.) no se cierra bien y causa reflujo ácido.
Las hernias deslizantes representan el 90% de las hernias de hiato y la mayoría no requieren cirugía ni tratamiento.
Hernias de hiato tipo II o para esofágica
La hernia hiatal tipo II se forma cuando una parte del estómago se contrae a través del hiato y se encuentra al lado del esófago. Esa parte del estómago está "atrapada" sobre el diafragma y no puede volver a deslizarse hacia abajo. La unión gastroesofágica permanece en su lugar apropiado y un pliegue del estómago se desliza en el pecho, presionado entre la unión gastroesofágica y el diafragma
Si bien estas hernias son mucho menos comunes, pueden ser más peligrosas, ya que causan síntomas más graves y porque el flujo sanguíneo al estómago puede verse comprometido.
Debido a que el reflujo puede dañar el revestimiento del esófago, el tratamiento es esencial. Por lo general, los síntomas se pueden controlar con medicamentos y modificación del comportamiento, como elevar la parte superior del cuerpo sobre una almohada durante el sueño. A veces se puede requerir cirugía para corregir una hernia esofágica deslizante.
Hernias de hiato tipo III
La hernia hiatal tipo III es una combinación de una hernia de hiato deslizante y para esofágica. La condición ocurre como una intensificación de una hernia hiatal deslizante.
Hernias de hiato tipo IV
En este tipo de hernia todo el estómago, los intestinos delgado y grueso, el bazo, el páncreas o el hígado son empujados hacia el pecho. El paso de vísceras a través del hiato puede acarrear graves consecuencias de salud y necesita cirugía urgente.
Diagnóstico
El diagnóstico de la hernia de hiato comienza con el estudio del historial médico y los síntomas del paciente. El médico puede sospechar la existencia de una hernia de hiato por los siguientes síntomas:
Reflujo ácido (El síntoma más molesto y el más habitual)
Sabor ácido o "agrio" en la parte posterior de la boca o la garganta
Anemia
Eructos
Dificultad para tragar
Fatiga
Acidez
Para confirmar el diagnóstico de hernia de esófago se recurre a alguna de estas dos tecnicas:
Radiografía de bario o tomografía computarizada del tracto digestivo superior para identificar la ubicación y el posicionamiento de los órganos gástricos
Endoscopia. Durante esta prueba diagnóstica el médico pasa un tubo delgado y flexible equipado con una luz y una cámara de video (endoscopio) por la garganta y hacia el esófago y el estómago para detectar la hernia.
Tratamientos para hernia de hiato
El tratamiento específico para una hernia de hiato depende de factores como el estado general de salud, la anatomía, extensión y ubicación de la hernia, y la gravedad de los síntomas.
Tratamiento médico
Se pueden recetar medicamentos para neutralizar la acidez estomacal, disminuir la producción de ácido o fortalecer el esfínter esofágico inferior (un músculo que impide que el ácido del estómago ingrese al esófago).
Entre los fármacos más recomendados destacan:
Antiácidos. Alivian los síntomas pero no arreglarán ningún daño que el ácido estomacal haya causado en el esófago.
Bloqueadores del receptor H-2. Este medicamento para la acidez reduce la cantidad de ácido que produce el cuerpo. Pueden ayudar a aliviar los síntomas durante periodos de tiempo más largos.
Inhibidores de la bomba de protones. Estos inhibidores bloquean el ácido que produce el cuerpo, lo que permite que el esófago se cure.
Tratamiento quirúrgico
Si la medicación no es efectiva, la cirugía es una buena alternativa. Será necesario pasar por la cirugía si la hernia corre peligro de estrangular algún órgano. Mediante la cirugía el estómago se coloca en su posición normal y el hiato se hace más pequeño. Existen tres tipos principales se cirugía, dependiendo de la gravedad de la hernia:
Reparación de hiato
Una hernia hiatal en etapa temprana puede repararse disminuyendo el tamaño del hiato aumentado. Esto se logra por medio de suturas y una malla protésica para reforzar el tejido del diafragma.
Fundoplicatura de Nissen
La fundoplicatura de Nissen consiste en envolver el fondo (parte superior) del estómago alrededor de la porción inferior del esófago para crear un bulto de tejido que mantiene el estómago en su lugar debajo del hiato diafragmático. La fundoplicatura de Nissen también refuerza el esfínter esofágico inferior y alivia el reflujo acido.
Antes de este tipo de cirugía, los pacientes tendrían que tomar medicamentos diariamente para suprimir el ácido estomacal o someterse a una cirugía abierta del estómago y el esófago para reducir los síntomas.
Gastroplastia de Collis-Nissen
La hernia de hiato puede complicarse si se junta con un esófago demasiado corto. En la gastroplastia de Collis-Nissen, el cirujano usa la porción superior del estómago para extender el esófago y aliviar la tensión. En la actualidad la intervención se hace por laparoscopia mínimamente invasiva.
El tratamiento puede aliviar la mayoría de los síntomas de la hernia hiatal. Pero si no surte efecto casi todas las hernias de hiato pueden repararse utilizando cirugía laparoscópica.
Tras la cirugía el médico prescribe una dieta líquida completa durante los primeros días, con platos como caldo de carne o pollo y jugo de manzana orgánico. A medida que el paciente mejore podrá comer alimentos blandos como huevos duros o escalfados, yogurt y puré de papas sin piel. También se irán introduciendo verduras sin piel como zanahoria, calabaza, espinaca y remolacha para mantener una nutrición saludable.
Recomendaciones y consejos
Si tienes hernia de hiato es posible que no tengas ningún síntoma, pero si sientes molestias asociadas como el reflujo se recomienda seguir estas indicaciones:
Evitar los alimentos que empeoran los síntomas. Estos pueden incluir alimentos picantes, jugos de frutas, alcohol, cafeína, chocolate y menta.
Comer varias comidas pequeñas durante el día. Las comidas pequeñas le dan al estómago menos comida para digerir. Eso es mejor para el reflujo que hacer tres grandes comidas.
Evita acostarte o agacharte después de comer. No comas nada de 2 a 3 horas antes de acostarse. Esto disminuye el riesgo de reflujo.
Mantén un peso saludable. Si tienes sobrepeso, la pérdida de peso puede ayudar a aliviar sus síntomas.
Duerme con la cabeza elevada por lo menos 6 pulgadas.
No fumes. Fumar puede aumentar los síntomas de acidez estomacal.
Levanta la cabecera de la cama de 10 a 15 cm.
Si los medicamentos y las los cambios de estilo de vida no ayudan a controlar los síntomas, es posible que necesite cirugía. Los siguientes alimentos están entre los más recomendados por los médicos: manzana, plátano, patatas, brócoli, repollo, zanahoria, judías verdes, pechuga de pavo… En el caso de hernia de hiato es importante dejar de consumir refrescos, agua carbonatada y productos similares. En cambio, hay que beber mucha agua pura para mantenerse hidratado y para evitar la acumulación de ácido estomacal en la zona herniada.
La dieta juega un papel importante en el control de los síntomas de reflujo. Idealmente, se deben consumir alimentos bajos en contenido ácido para disminuir las posibilidades de que ocurra.
Preguntas frecuentes
¿A qué se debe la hernia de hiato?
La causa exacta de la hernia hiatal es desconocida. La condición puede deberse a la debilidad del tejido de soporte.
También puede ser el resultado de un aumento de la presión abdominal, como la tos, el esfuerzo por estreñimiento y la obesidad. La incidencia aumenta con la edad. Otros factores de riesgo incluyen:
Obesidad
Edad avanzada
Enfermedades como diverticulosis o esofagitis
Cirugía previa del esófago o el estómago
Traumas en la zona (por ejemplo, por accidente de coche)
Trabajo donde hay que levantar mucho peso
Los niños que tienen hernia de hiato generalmente nacen con ella (es congénita).
¿Cuáles son las posibles complicaciones de la hernia de hiato?
Las complicaciones de la hernia hiatal incluyen:
Aspiración pulmonar.
Sangrado lento y anemia por deficiencia de hierro (debido a una hernia grande).
Estrangulación (cierre) de la hernia.
Contacta con el médico si tienes síntomas de hernia de hiato, los síntomas empeoran o no mejoran con el tiempo o aparecen nuevos síntomas.
La cirugía también puede tener complicaciones. Los pacientes afectados pueden experimentar dificultades o la imposibilidad de eructar o vomitar después de someterse a este procedimiento quirúrgico, lo que a su vez causa pesadez después de comer.
Típicamente, estas complicaciones de la hernia hiatal desaparecen de forma gradual a medida que el paciente comienza a recuperarse de la cirugía. Sin embargo, en ciertos pacientes, estas complicaciones pueden ser crónicas.
En el caso de bebés aún no nacidos, la hernia hiatal puede ser una causa grave de preocupación. Cuando el diafragma no se desarrolla correctamente, el estómago y otros órganos abdominales pueden moverse hacia arriba y obstaculizar el crecimiento pulmonar, causando problemas respiratorios graves una vez que nace el niño.
¿Cuándo se recurre a la cirugía en casos de hernia de hiato?
La cirugía de hiato es rara (menos del 5 por ciento de las personas requieren cirugía), ya que la mayoría de los problemas se resuelven con medicación. Sin embargo, la cirugía es necesaria si se llega a alguno de estos tres supuestos:
Cuando los síntomas de ardor de estómago se vuelven insoportables o no tratables con medicamentos, se considera la cirugía.
Cuando el reflujo del contenido estomacal en la boca o los pulmones interfiere con la respiración o el sueño, se considera la cirugía.
Cuando una hernia hiatal llega a ser tan grande que los alimentos quedan atrapados en el esófago o el estómago y no pueden pasar, causa un dolor tan grande al comer que se debe usar la cirugía.
Cuando la hernia estrangula el estómago comprometiendo el flujo de oxígeno.