En el clima la virtud está en el término medio, como diría Aristóteles. Tan malo es el calor asfixiante como el frió helador, pero en el caso del calor extremo podemos sufrir el llamado golpe de calor. Uno de esos males propios del verano al que conviene prevenir hidratándose correctamente y manteniéndose lo más fresco posible. En este post te explicamos qué es exactamente un golpe de calor y por qué se produce.
¿Qué es el golpe de calor?
Los seres humanos somos homeotermos, es decir, tenemos mecanismos reguladores que permiten que nuestra temperatura permanezca en el intervalo de 36.5 – 37.5 ºC. El llamado golpe de calor se produce cuando la temperatura corporal supera los 40 ºC durante periodos de más de 10 – 15 minutos. En estas circunstancias el organismo no puede disipar tanto calor y su temperatura sube peligrosamente.
Cronología de un golpe de calor
Los primeros síntomas que empieza a sentir quien sufre un golpe de calor es el aumento de la sudoración. La sudoración copiosa hace que pierda abundantes líquidos, empezando la deshidratación que se nota en la sequedad de la piel.
Aparecen la fatiga y el mareo, acompañados de una intensa sensación de sed. Quizás la persona sufra nauseas o vomite. Incluso puede ser que tengan calambres y convulsiones.
Las cosas en la cabeza no van mucho mejor. El cerebro es muy susceptible al calor. Sus primeras protestas son cefaleas y mareos. Más tarde llegan los delirios. Cuando la temperatura del cuerpo alcanza los 41 ºC las cosas se ponen verdaderamente feas y empieza la muerte cerebral -proceso que en caso de detenerse ya habrá dejado secuelas posiblemente irreversibles-. A partir de los 44 ºC la muerte se considera prácticamente inevitable.
¿Cuáles son las causas del golpe de calor?
La causa del golpe de calor pueden ser varias, pero estas que ponemos a continuación son las más comunes:
- Por una ola de calor. Según la definición de la Agencia Estatal de Meteorología, para hablar de calor los termómetro deben estar por encima de los 32.3 ºC durante al menos tres días. Los grupos de mayor riesgo son niños y ancianos.
- Por deshidratación. Si no bebemos suficiente líquido, ponemos en peligro uno de los más eficaces mecanismos de refrigeración que tenemos: la sudoración. En un estado de deshidratación nuestra temperatura corporal subirá con cualquier elevación de la temperatura ambiente.
- Por ejercicio físico. Realizar grandes esfuerzos físicos, especialmente en días calurosos, provoca el aumento de la temperatura corporal por encima de los limites saludables.
Como ves el golpe de calor no solo se debe al calor externo. Cualquier cambio de temperatura corporal que afecte a nuestro termostato interno puede desencadenarlo, aunque evidentemente es más habitual en verano.
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