Faringitis
La inflamación de la garganta supone una consulta muy frecuente a los médicos de cabecera, debido a las molestias que pueden sufrir quienes padecen una
faringitis. Aquí encontrarás toda la información sobre esta enfermedad, sus síntomas, diagnóstico, tratamiento y modos de prevención.
¿Qué es Faringitis?
Ante la cuestión de
qué es faringitis es la inflamación de la garganta, especialmente en la zona de la faringe, frecuentemente ocasionada por una infección bacteriana o vírica, presentada en forma de dolor o carraspera en esta área que dificulta acciones tan cotidianas como hablar o tragar.
La faringe es el conducto que va desde la zona posterior de nariz y boca hasta que aparece la laringe y el esófago, con la función de conducir el aire hasta las vías respiratorias bajas y permitir el tránsito de alimentos.
A veces, esta afección está vinculada a la inflamación de las amígdalas, por lo que se suele emplear la expresión faringoamigdalitis para referirse a ella.
¿Cuáles son los síntomas de Faringitis?
Entre los
síntomas de la faringitis, resalta el dolor de la garganta, al cual se puede añadir alguna señal más que haga pensar que estamos ante esta enfermedad, dependiendo del punto de origen:
- Mucosidad, congestión nasal, tos, dolor de cabeza, ronquera, décimas de fiebre y dolores musculares son algunas de las situaciones que se pueden presentar en el caso de que la causa sea una faringitis viral.
- Fiebre alta, dolores musculares y de articulaciones, dolor de garganta, ganglios, dificultad para tragar, escalofríos, aumento del tamaño de la campanilla y un enrojecimiento severo de la garganta, así como una mucosidad de tonos blancos que cubre las amígdalas si es faringitis bacteriana.
A menudo, estos síntomas pueden afectar a otras partes del cuerpo por la intensidad de la acción, como puede ser la nariz o los oídos.
Tipos de Faringitis
A continuación, explicamos los
tipos de faringitis que existen, dependiendo de la intensidad y la duración de esta enfermedad en el organismo.
Faringitis Aguda
La
faringitis aguda consiste en la inflamación de las amígdalas, de la faringe, la úvula y el paladar blando son algunos de los aspectos que se presentan en esta modalidad, que requiere una recuperación de varios días.
Faringitis Crónica
La
faringitis crónica no tiene una causa infecciosa, pudiendo darse por diferentes circunstancias: reflujo gastroesofágico por agentes tóxicos como el humo del tabaco, el polvo o sustancias químicas, con un carraspeo para aliviar la sensación de moco en la garganta junto a un picor o dolor en la faringe y molestias para tragar.
Faringitis Estreptocócica
La
faringitis estreptocócica se suele observar en los niños y adolescentes por el continuo contacto con otros niños o entornos infectados, por lo que hay que prestar especial atención a la
faringitis en niños.
Diagnóstico de la Faringitis
Un especialista puede llevar a cabo el
diagnóstico mediante dos procesos:
En primera instancia emplea un instrumento luminoso para observar el estado de la garganta, además de las fosas nasales y los oídos por si pudieran estar afectados. En este método también se incluye una palpación del cuello para verificar si existe alguna inflamación de los ganglios linfáticos, así como comprobar la respiración del paciente a través del estetoscopio.
La segunda metodología que se puede emplear es la toma de una muestra faríngea, que consiste en la introducción de un artilugio estéril en la zona posterior de la garganta para conseguir muestras de las secreciones, las cuales se analizarán para descartar la causa estreptocócica.
Tratamientos para Faringitis
Existe la posibilidad de que el doctor recete distintos tipos de
tratamientos dependiendo de su origen.
Analgésicos
Cuando la causa de esta infección es vírica -lo más habitual-, los analgésicos como el paracetamol o el ibuprofeno son las mejores recomendaciones para paliar el dolor y reducir la inflamación.
Beber mucho líquido templado, infusiones y caldos son algunos de los puntos que pueden contribuir a mejorar el estado de salud del paciente.
Antibióticos
Siempre bajo prescripción médica, los antibióticos pueden ser la solución propuesta por el facultativo. En este sentido, la penicilina intramuscular es una opción bastante recurrente.
Recomendaciones y consejos
Sea cual sea el origen, para la recuperación de esta enfermedad deberás dejar el tabaco y el alcohol, evitar la exposición a agentes irritantes, no forzar la voz y no acudir a ambientes resecos y cargados.
Además, no está de más lavarse las manos frecuentemente usando desinfectante con alcohol o jabón, evitar compartir alimentos o utensilios de comida o evitar el contacto con personas enfermas.
Si comienzas a notar picores o dolores de garganta, los expertos recomiendan optar por
remedios caseros para la faringitis, tales como bebidas calientes -como té de limón con miel-, helados, hacer gárgaras con agua y un poco de sal varias veces diarias, tomar pastillas para la garganta o emplear un humidificador para aliviar la sequedad de la garganta.
Preguntas Frecuentes sobre Faringitis
¿La Faringitis es contagiosa?
Los expertos en esta enfermedad aseguran que la manera más habitual de contagio es por contacto directo con secreciones de un paciente enfermo, ya sea por las manos o por el aire mediante tos y estornudos.
Por tanto, según como se contagie y se establezca el origen, que puede ser vírico o bacteriano, se podrán tomar diferentes medidas para combatir esta afección.
¿Faringitis es igual a Amigdalitis?
No es cierto que la
faringitis es igual a amigdalitis: la amigdalitis supone la inflamación y el dolor de las amígdalas, mientras que la faringitis es una inflamación de la orofaringe, que incluye la úvula, el paladar blando y las propias amígdalas.
Por tanto, ambas afecciones no son iguales, pero se puede decir que la amigdalitis puede llevar a esta enfermedad si se asocian inflamaciones de otros órganos.
¿Por qué la faringitis participa en la audición?
Como mencionamos anteriormente, puede afectar a la capacidad de audición porque la trompa auditiva está conectada con la faringe a través de la trompa de Eustaquio, por lo que, si se inflama, puede llegar a afectar a la audición, con una leve pérdida de la capacidad auditiva del paciente.