Nuestro corazón está en perpetuo movimiento, realizando ciclos de contracción-relajación que llamamos latidos y que bombean la sangre a todos los tejidos del organismo. El numero de latidos por minuto es la frecuencia cardiaca y lo normal en adultos es tener entre 50 y 100 latidos por minuto en reposo (para los curiosos diremos que en deportistas habituales la frecuencia suele estar entre 40 y 60 latidos por minuto y que en niños suele ser típicamente más alta). Las alteraciones de la frecuencia cardiaca constituyen las arritmias cardiacas, ya sean por una frecuencia superior o inferior a la normal.
A propósito de las arritmias vamos a aclarar las diferencias entre dos dispositivos que a veces son necesarios en casos de arritmias severas y que suelen confundirse a menudo, estamos hablando del marcapasos y del desfibrilador (nos referimos al desfibrilador automático implantable o DAI y no al externo que usan en urgencias para aplicar sobre personas en parada cardiaca). Ambos, aunque se implantan de forma casi idéntica, tienen objetivos distintos. Veamos para que se utiliza cada uno:
Desfibrilador automático implantable (DAI)
Este dispositivo se implanta en aquellas personas que tienen un alto riesgo de sufrir una parada cardiorrespiratoria ocasionada por una fibrilación ventricular. En la fibrilación ventricular el corazón empieza a latir de forma caótica y las pulsaciones por minuto se disparan por encima de 200, haciendo que el bombeo sanguíneo resulte completamente ineficaz (sencillamente el corazón late tan deprisa que no le da tiempo a llenarse de sangre). Los DAI están programados para aplicar un choque eléctrico al corazón cuando la frecuencia cardiaca supera un determinado umbral. La descarga devuelve al corazón a su ritmo normal.
Marcapasos
Los marcapasos se implantan en personas con problemas en la conducción eléctrica del corazón; problemas que impiden que haya un ritmo cardiaco normal, ya sea porque es demasiado lento o demasiado irregular (por ejemplo, pausas extremadamente largas entre algunos latidos). En estos casos el corazón necesita de un marcapasos que le proporcione los impulsos eléctricos necesarios para mantener el ritmo adecuado. Como su propio nombre indica, el marcapasos marca los pasos del corazón.
Podemos decir entonces, que el marcapasos «acelera» el ritmo cardiaco cuando este es demasiado lento y que el desfibrilador lo «reinicia» cuando se desboca. Para el desfibrilador el objetivo es restaurar la frecuencia cardiaca normal; para el marcapasos, vigilar que la frecuencia permanezca dentro de unos límites. A diferencia de lo que ocurre con los desfibriladores, que solo actúan en casos excepcionales, los marcapasos pueden estar funcionando de forma casi constante para regular la frecuencia cardiaca.
Sin embargo hoy día las diferencias entre desfibriladores y marcapasos se han difuminado enormemente, puesto que ya existen dispositivos que integran ambas funciones.
12 Comentarios
Hola te escribo para saber el costo de un Desfibrilador cardioversor implantable. Mi hermano necesita uno y le dice que es muy caro.
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