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Más de 8 millones de personas mueren cada año por culpa del cáncer, una enfermedad de múltiples caras que a pesar de su crudeza cada vez es más tratable. Las expectativas son optimistas. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) muchos tipos de cáncer se podrían prevenir y un porcentaje importante es curable, en especial si se detecta en una fase temprana.
En esta página queremos presentarte de la forma más asequible la información sobre cáncer, incluyendo los tipos de cáncer que existen y los tratamientos disponibles en la actualidad.
¿Qué es cáncer?
La definición de cáncer que da el diccionario es: Enfermedad que se caracteriza por la transformación de las células, que proliferan de manera anormal e incontrolada. Por su parte la OMS lo define como un proceso de crecimiento y diseminación incontrolada de células.
El cáncer empieza cuando un grupo de células empiezan a dividirse sin control. Se las llama entonces células cancerígenas o tumorales. Las células pueden volverse cancerígenas debido a la acumulación de defectos o mutaciones en su ADN. Por ejemplo, ciertos defectos genéticos hereditarios (por ejemplo, mutaciones BRCA1 y BRCA2) e infecciones pueden aumentar el riesgo de cáncer. Factores ambientales como la contaminación y un estilo de vida poco saludable también pueden dañar el ADN y provocar cáncer.
La mayoría de las veces, las células pueden detectar y reparar el daño del ADN. Si una célula está severamente dañada y no puede repararse a sí misma, por lo general sufre la llamada muerte celular programada o apoptosis. El cáncer ocurre cuando las células dañadas crecen, se dividen y se diseminan anormalmente en lugar de autodestruirse como deberían.
Las células cancerígenas proliferan formando tumores que pueden ser benignos (no cancerosos) o malignos (cancerosos). Los tumores benignos solo crecen en una parte del cuerpo mientras que los malignos pueden invadir otras zonas del organismo, lo que les hace potencialmente más peligrosos.
El significado de cáncer viene del latín y significa literalmente cangrejo. El nombre de debe a que las venas que rodean a los tumores se asemejan a las patas de un cangrejo.
¿Cuáles son los síntomas?
A medida que los cánceres crecen o se diseminan, causan cambios en el cuerpo. Eventualmente, estos pueden causar síntomas. Los cánceres pueden afectar el cuerpo de diferentes maneras, como:
- Causando un bulto o hinchazón
- Presionando sobre los tejidos u órganos, o impidiendo que funcionen correctamente
- Produciendo sustancias que cambian el funcionamiento del cuerpo
La persona con cáncer puede notar algunos de estos cambios. Por ejemplo, un bulto puede crecer lo suficiente como para notarse al tacto, o un tumor puede presionar un nervio y causar dolor. Estos son síntomas. Algunos cánceres causan síntomas en una etapa temprana. Otros no causan ningún síntoma hasta que hayan estado creciendo durante un tiempo prolongado. Los síntomas del cáncer varían dependiendo del tipo de tumor y el estadio. Por ejemplo:
- Un bulto en el pecho puede ser un síntoma de cáncer de mama.
- La diarrea o el estreñimiento pueden ser síntomas de cáncer de intestino.
- La tos frecuente puede ser un síntoma de cáncer de pulmón.
Obviamente estos síntomas pueden ser causados por otras enfermedades menos graves, pero hay que tener en cuenta que el diagnóstico temprano del cáncer es uno de los principales factores para la cura. Esta es la razón por la que las personas con estos síntomas necesitan acudir al médico lo antes posible para ser examinadas.
Cada cáncer causa sus propios síntomas pero hay algunos que son comunes a varios tipos. Los más habituales son los siguientes:
- Dolor: Muchos cánceres generalmente son indoloros al principio, aunque el dolor puede ser un síntoma temprano de algunos cánceres, como tumores cerebrales que causan dolor de cabeza, cabeza y cuello, y cánceres esofágicos que causan dolor al tragar. A medida que el cáncer crece, el primer síntoma suele ser una leve molestia, que puede empeorar de forma progresiva convirtiéndose en un dolor cada vez más intenso a medida que el tumor se agranda. El dolor puede deberse a que el cáncer comprime o erosiona nervios u otras estructuras. Sin embargo, no todos los cánceres causan dolor severo. Del mismo modo, la falta de dolor no garantiza que un cáncer no esté creciendo o propagándose.
- Sangrado: Al principio, un cáncer puede sangrar levemente porque sus vasos sanguíneos son frágiles. Más tarde, a medida que el cáncer se agranda e invade los tejidos circundantes, puede crecer y dañar los vasos sanguíneos cercanos, causando hemorragia. El sangrado puede ser leve e indetectable o detectable solo con pruebas. Tal es a menudo el caso en el cáncer de colon en etapa temprana. O, particularmente con cáncer avanzado, el sangrado puede ser más significativo, incluso masivo y potencialmente mortal.
- Coágulos de sangre: Ciertos tipos de cáncer producen sustancias que causan un exceso de formación de coágulos, principalmente en las venas de las piernas. Los coágulos en las venas de las piernas en algún momento se desprenden y viajan a un pulmón, causando una embolia pulmonar que puede ser fatal. La coagulación excesiva es común en personas con tumores pancreáticos, pulmonares y otros tumores sólidos y en personas con tumores cerebrales.
- Fatiga y pérdida de peso: Las células cancerígenas crecen de forma incontrolada y para ello necesita nutrientes y energía que “roba” al paciente. Por eso una persona con cáncer experimenta pérdida de peso y fatiga, que puede empeorar a medida que progresa el cáncer. Algunas personas notan pérdida de peso a pesar de tener buen apetito. Otros pierden el apetito e incluso pueden sentir náuseas por la comida o dificultad para tragar. Pueden volverse muy delgados. Las personas con cáncer avanzado a menudo están muy cansadas. Si se desarrolla anemia, estas personas pueden notar que se sienten cansadas o se quedan sin aliento incluso con una actividad leve.
- Ganglios linfáticos inflamados: A medida que el cáncer comienza a diseminarse por el cuerpo, es posible que se disemine a los ganglios linfáticos cercanos, que se hinchan. Los ganglios linfáticos inflamados generalmente son indoloros pero pueden sentirse duros o gomosos.
- Síntomas neurológicos y musculares: El cáncer puede comprimir los nervios o la médula espinal, causando varios síntomas neurológicos y musculares, como dolor, debilidad o sensaciones extrañas. Cuando un tumor crece en el cerebro, los síntomas pueden ser difíciles de precisar, pero pueden incluir confusión, mareos, dolores de cabeza, náuseas, cambios en la visión y convulsiones.
- Síntomas respiratorios: El cáncer puede comprimir o bloquear estructuras, como las vías respiratorias en los pulmones, lo que causa dificultad para respirar, tos o neumonía. La dificultad para respirar también puede ocurrir cuando el cáncer causa un gran derrame pleural, hemorragia en los pulmones o anemia.
Pueden pasar muchos años para que una célula dañada se divida, crezca y forme un tumor lo suficientemente grande como para causar síntomas o aparecer en un escáner.
Tipos de cáncer
Hay más de 200 tipos diferentes de cáncer, aunque muchos son bastante raros, y suelen nombrarse en función de la parte del cuerpo donde se origina el cáncer o tumor. En esta sección hablaremos de los más comunes:
Cáncer de piel no melanoma
El cáncer de piel se puede formar en las células de la piel en cualquier parte del cuerpo, aunque más comúnmente en la piel que ha estado expuesta al sol. Existen varios tipos de cáncer de piel, incluido el cáncer de piel de células escamosas, que se encuentra en las células planas en la parte superior de la piel, y el cáncer de piel de células basales, que se encuentra en las células más profundas dentro de la capa externa de la piel. Más comúnmente, el cáncer de piel afecta a personas mayores o personas que tienen un sistema inmune comprometido.
Cáncer de pulmón
El cáncer de pulmón es una forma de cáncer que comienza en los tejidos de los pulmones o las células que recubren los bronquios. El tabaquismo es el responsable del 90% de los casos. Existen dos tipos principales de cáncer de pulmón: cáncer de pulmón de células pequeñas y no pequeñas.
El cáncer de pulmón de células pequeñas es la forma más agresiva de cáncer pulmonar y suele empezar en los bronquios. Aunque las células cancerosas son pequeñas crecen con gran rapidez formando grandes tumores y diseminándose a otros tejidos.
El cáncer pulmonar de células no pequeñas es el tipo más común y se disemina más lentamente que el de células pequeñas. Dentro de esta categoría encontramos adenocarcinomas que se encuentran en una zona exterior del pulmón, carcinomas escamo-celulares en el centro del pulmón al lado de un bronquio o carcinomas de células grandes en cualquier parte del pulmón.
Cáncer de mama
El cáncer de mama es, con diferencia, el más común en mujeres, aunque también puede afectar a los hombres. La enfermedad es más común en mujeres de mediana edad. Aproximadamente uno de cada cuatro casos de cáncer de mama ocurre en mujeres entre las edades de 55 y 64.
La mayoría del cáncer comienza en los lóbulos (las glándulas productoras de leche), o en los conductos, a lo largo de los cuales la leche viaja al pezón. Pero los tumores también pueden desarrollarse en el tejido conectivo fibroso y graso que rodea los lóbulos y los conductos.
Cáncer de próstata
La próstata es parte del sistema reproductivo en los hombres y se encuentra en la base de la vejiga, cerca del recto. Este tipo de cáncer se desarrolla en los tejidos dentro de la glándula prostática y puede causar problemas para orinar. El cáncer de próstata es el más común en hombres y afecta sobre todo a los mayores de 50 años. Por suerte es un cáncer de crecimiento lento y por la zona en la que aparece tiene menos posibilidades de diseminarse.
Cáncer colorrectal
Este cáncer del intestino grueso es el tercer tipo de cáncer más común en hombres y mujeres. El cáncer de colon, también conocido como cáncer colorrectal, es un cáncer que comienza en el colon o el recto, ambos forman parte del sistema digestivo. Más del 95% de los casos de cáncer de colon se pueden clasificar como adenocarcinomas, que comienzan en células que producen una mucosidad lubricante en el colon y el recto
Cáncer de vejiga
La vejiga (el saco muscular que almacena la orina) puede verse afectada por células cancerosas que se desarrollan dentro de sus tejidos. El tipo más común es el carcinoma de células de transición, pero hay otros, como los adenocarcinomas y los carcinomas de células escamosas, dependiendo de qué células de la vejiga estén involucradas. Más del 90% de los casos de cáncer de vejiga se desarrollan en el tejido que recubre el interior del órgano, el llamado urotelio o epitelio de transición.
Melanoma
El melanoma es otro tipo de cáncer de piel. Se forma en las células de los melanocitos de la piel, que producen el pigmento marrón llamado melanina. Debido a que el melanoma ocurre en la piel que contiene una gran cantidad de pigmento, con frecuencia comienza en lunares. El melanoma también se puede encontrar en otras partes pigmentadas del cuerpo, como los intestinos o incluso los ojos (aunque en estas zonas es más raro).
Linfoma no Hodgkin
Este es el término para hablar de varios tipos de cáncer diferentes pero relacionados que involucran glóbulos blancos o linfocitos. Este tipo de cáncer se caracteriza con frecuencia por ganglios linfáticos inflamados, fiebre y pérdida de peso. Las personas de cualquier edad pueden desarrollar linfoma no Hodgkin. Hay muchos tipos diferentes de linfoma no Hodgkin que afectan a diferentes células y partes del cuerpo, con pronósticos y tratamientos variables.
Cáncer de riñón
Los riñones son los órganos que ayudan a excretar los desechos del cuerpo en forma de orina. El cáncer se puede formar dentro de los tejidos o conductos de los riñones. Aunque el cáncer de riñón se desarrolla principalmente en personas mayores de 40 años, también existen algunos tipos de tumor renal que afectan a los niños pequeños.
Leucemia
Los cuatro tipos principales de leucemia son la leucemia mieloide aguda, la leucemia linfocítica aguda, la leucemia linfocítica crónica y la leucemia mieloide crónica. Estos tipos de cáncer a menudo se forman dentro de la médula ósea u otras células y tejidos que forman células sanguíneas, por lo que se conocen como cánceres de sangre.
La leucemia produce una producción excesiva de ciertos tipos de glóbulos blancos, que luego circulan en el torrente sanguíneo. La leucemia puede ser crónica, un tipo de cáncer de crecimiento lento que comienza sin síntomas, o aguda, lo que significa que las células no pueden funcionar con normalidad y los síntomas progresan rápidamente. Afecta a adultos y niños y mata a más niños menores de 20 años que cualquier otro tipo de cáncer.
Los tipos de cáncer más comunes son el de pulmón, mama, colon y próstata (por ese orden), que acumulan el 42% de los casos. Por sexos el cáncer de pulmón es el más frecuente en hombres mientras que el de mama es más habitual en mujeres.
Diagnóstico
El diagnóstico del cáncer suele empezar con alguna de estas tres situaciones:
- El paciente acude a la consulta del médico aquejado por algún síntoma.
- El paciente se somete a un examen rutinario que luego arroja resultados anormales.
- El paciente se somete a un cribado, una prueba de detección que sirve para detectar la posibilidad de que haya un cáncer antes de que aparezcan los síntomas.
Cualquiera de estas situaciones puede dar lugar a la sospecha de que existe un cáncer.
Hay varios métodos para diagnosticar el cáncer. Con los avances en las tecnologías que entienden mejor el cáncer, aumenta el número de herramientas de diagnóstico que pueden ayudar a detectar cánceres. Una vez sospechado, el diagnóstico generalmente lo realizan los patólogos y oncólogos y los radiólogos.
El objetivo del diagnóstico es el siguiente:
- Confirmar la presencia de cáncer
- Identificar el tipo de cáncer
- Identificar el grado del cáncer (descripción del tumor que se basa en cómo se ven las células y el tejido de un tumor al microscopio)
- Encontrar el sitio donde comenzó el cáncer (tumor primario)
- Determinar la etapa del cáncer (qué tan lejos ha progresado el cáncer)
- Ayudar a planificar el tratamiento del cáncer
- Monitorizar la respuesta al tratamiento
- Ayudar a determinar si el cáncer ha regresado tras el tratamiento
Los métodos de diagnóstico más comunes incluyen:
- Biopsia: Esta es una prueba en la que se toma una pequeña muestra de tejido del cáncer sospechoso con la ayuda de una aguja o mediante escisión quirúrgica. Luego se examinan los tejidos bajo un microscopio para detectar la presencia de células cancerosas. Dependiendo de la ubicación del tumor, algunas biopsias pueden realizarse de forma ambulatoria con solo anestesia local.
- Biopsia del ganglio centinela: Este es un procedimiento donde se extirpan y examinan quirúrgicamente los ganglios más cercanos y más importantes cerca del cáncer. Dado que los ganglios centinela es la primera ubicación donde es probable que se disemine el cáncer, solo estos ganglios linfáticos que probablemente contienen células cancerosas.
- Endoscopia: Con esta prueba se inserta un tubo delgado y flexible con una pequeña cámara en el extremo dentro de las cavidades del cuerpo. Esto les permite a los doctores ver el área sospechosa para localizar posibles tumores. Existen distintos aparatos dependiendo de la zona a observar. Por ejemplo, un colonoscopío examina el colon y el intestino grueso, y se usa un laparoscopia para mirar dentro del abdomen, etc.
- Análisis de sangre: Se pueden realizar exámenes de sangre para detectar células sanguíneas anormales, así como para marcadores tumorales específicos. Algunos tumores liberan sustancias llamadas marcadores tumorales, que se pueden detectar en la sangre. Por ejemplo, una prueba de sangre para el cáncer de próstata determina la cantidad de antígeno prostático específico (PSA), cuyos niveles elevados son indicativos de cáncer.
- Prueba de Papanicolaou: La prueba de Papanicolaou es una prueba de rutina en la que se examina al microscopio una muestra de células del cuello uterino de la mujer. Esto ayuda a identificar cambios en las células que podrían indicar cáncer cervical u otras afecciones vaginales.
- Análisis de esputo y de lavado bronquial: Las células del esputo y las secreciones bronquiales se analizan bajo el microscopio en busca de signos de cáncer de pulmón y otros cánceres respiratorios.
- Estudios de imagen: Hay varias técnicas de imagen. Estos incluyen rayos X, tomografías computarizadas e imágenes por resonancia magnética de diversas partes del cuerpo. Cada una ofrece distintos tipos de imagen. Por ejemplo, la resonancia magnética crea imágenes detalladas de los tejidos blandos, los grandes vasos sanguíneos y los principales órganos. Gracias a ellas es posible visualizar el interior del cuerpo humano, detectando a simple vista tumores o crecimientos celulares anómalos.
- Análisis genético: El análisis citogenético implica el análisis de sangre o células de médula ósea para organizaciones de cromosomas. Esto muestra cualquier mutación genética.
Tratamientos para cáncer
El tratamiento dependerá de varios factores, incluido el tipo de cáncer que tiene, dónde comenzó y si se ha diseminado a otras partes de su cuerpo. También dependerá de su salud general y del tipo de tratamiento que el paciente elija y esté preparado para recibir.
En ocasiones el objetivo del tratamiento es curar el cáncer por completo, en otros prolongar al máximo la vida del paciente y en otros evitar que sufra. Dependiendo del tipo de cáncer y el estadio en el que se encuentre un cáncer será más o menos tratable.
Quimioterapia
La quimioterapia es un tratamiento que usa medicamentos para para matar o ralentizar el crecimiento de las células cancerosas. Hay más de 100 tipos diferentes de medicamentos de quimioterapia y muchos se pueden usar a la vez, dependiendo del paciente.
La mayoría de los medicamentos de quimioterapia se inyectan en el torrente sanguíneo y viajan por todo el cuerpo para llegar a las células cancerosas. A veces, la quimioterapia se administra directamente en la ubicación del tumor para dañar lo menos posible a las células sanas.
Los fármacos de quimioterapia dañan las células mientras se dividen. Esto hace que los medicamentos sean efectivos contra las células cancerosas, que se dividen mucho más rápidamente que la mayoría de las células normales. A diferencia de las células cancerosas, las células normales pueden recuperarse.
Radioterapia
La radioterapia consiste en el uso de rayos de alta energía para matar las células cancerosas. La radioterapia mata o daña las células cancerígenas en el área que se está tratando. Las células cancerosas comienzan a morir días o semanas después del comienzo del tratamiento y continúan muriendo durante semanas o meses después de su fin. Aunque la radiación también puede dañar las células sanas, estas tienden a ser menos sensibles que las células cancerosas y generalmente pueden auto repararse.
La radioterapia puede administrarse de dos formas:
- Radioterapia de haz externo: la radiación procede de una fuente externa, el proceso es similar a hacerse una radiografía.
- Radioterapia interna: la fuente de radiación se coloca dentro del cuerpo, o más raramente, se inyecta en una vena o se ingiere.
Cirugía
En ocasiones, la cirugía es el enfoque más efectivo para un tipo particular de cáncer; en otros casos, se ha demostrado que los tratamientos no quirúrgicos son más efectivos.
El objetivo de la cirugía es eliminar el cáncer, o la mayor cantidad de cáncer posible. El cirujano hace una o varias incisiones en el cuerpo para acceder a la zona donde está el tumor o tumores y extirparlos. La cirugía abierta es el enfoque más tradicional, con una sola incisión
Por otro lado está la cirugía mínimamente invasiva, en la que el cirujano hace de 3 a 5 cortes pequeños e inserta un laparoscopio. En algunos casos, es posible realizar una cirugía mínimamente invasiva seguida de una operación abierta.
Recomendaciones y consejos
Según las estadísticas más del 20% de los casos de cáncer podrían deberse a un estilo de vida poco saludable. Por eso, los expertos ofrecen una serie de recomendaciones para disminuir el riesgo de desarrollar cáncer a lo largo de la vida:
Mantener un peso saludable: La grasa corporal actúa como una "bomba de hormonas" que libera insulina, estrógenos y otras hormonas en el torrente sanguíneo, lo que puede estimular el crecimiento del cáncer.
Ponerse en forma: La actividad física en cualquier forma ayuda a reducir el riesgo de cáncer. Para conseguir los máximos beneficios para la salud, los científicos recomiendan que 60 minutos o más de actividad moderada todos los días, o 30 minutos o más de actividad vigorosa.
Cuidar la dieta: Basar nuestras dietas en alimentos vegetales (como verduras, frutas, cereales integrales y frijoles), que contienen fibra y otros nutrientes, puede reducir nuestro riesgo de cáncer. Los expertos recomiendan llenar al menos dos tercios del plato con vegetales, frutas, granos enteros y frijoles, así como elegir alimentos y bebidas saludables en lugar de los que tienen un alto contenido de carbohidratos refinados
Evitar el tabaco y el alcohol: Tabaco y alcohol son los principales responsables de dos de los peores tipos de cáncer: pulmón e hígado, además de ser factores relevantes para el resto de tumores. Investigaciones anteriores han demostrado que cantidades moderadas de alcohol pueden tener un efecto protector contra la enfermedad coronaria. Pero para la prevención del cáncer, la evidencia es clara y convincente: el alcohol en cualquier forma es un potente carcinógeno. El mejor consejo para quienes están preocupados por el cáncer es no beber.
No confiar en los suplementos que protegen contra el cáncer: Los expertos consideran que la mejor fuente de alimentación es la comida y bebida, no los suplementos dietéticos. Siempre es mejor discutir cualquier suplemento dietético con su médico o un dietista registrado.
Preguntas frecuentes
¿Qué diferencia hay entre tumores malignos y benignos?
Los tumores benignos crecen localmente y no se diseminan a otras partes del organismo. Es por eso que los tumores benignos no se consideran cáncer. Sin embargo, todavía pueden ser peligrosos, especialmente si presionan contra órganos vitales como el cerebro.
Por otro lado, los tumores malignos tienen la capacidad de propagarse e invadir otros tejidos. Este proceso, conocido como metástasis, es una característica clave del cáncer. Mediante la metástasis las células cancerosas se liberan de un tumor maligno y viajan e invaden otros tejidos del cuerpo. Las células cancerosas se diseminan a través del sistema linfático y el torrente sanguíneo y llegan a otros sitios, como los pulmones, los huesos, el hígado, el cerebro y otras áreas. Estos tumores metastásicos son "cánceres secundarios" porque surgen del tumor primario.
¿Cuáles son los efectos secundarios del tratamiento del cáncer?
Tratamientos como la quimioterapia o la radioterapia no solo atacan a las células cancerosas, sino también a las sanas. Las cancerosas mueren, y las sanas se recuperan entre ciclo y ciclo de radiación, pero mientras tanto el paciente puede sufrir algunos síntomas secundarios desagradables. Los más habituales son:
- Fatiga
- Náuseas y vómitos
- Pérdida de cabello
- Linfedema (hinchazón de las extremidades)
- Estreñimiento y diarrea
- Cambios de apetito
Cada persona vive los efectos secundarios de distinta forma, por eso es importante no compararse con los demás.
¿En qué consiste la vacuna contra el cáncer?
Se estima que una persona desarrolla entre 5.000 y 6.000 células cancerosas todos los días. Sin embargo, es evidente que no todas ellas terminan en cáncer y eso se debe a que el sistema inmune ataca a las células cancerosas. El deterioro de la función del sistema inmune implica la incapacidad para detener el crecimiento de las células cancerígenas y, en última instancia, el desarrollo del cáncer.
La terapia de "vacuna contra el cáncer" tiene como objetivo eliminar las células cancerosas a través de la activación y la mejora de dichos sistemas inmunes deteriorados para mejorar su potencial de ataque contra el cáncer.
La vacuna contra el cáncer se caracteriza por tener menos efectos adversos en comparación con los medicamentos contra el cáncer que afectan indiscriminadamente tanto a las células cancerígenas como a las normales. La razón es que la vacuna solo se dirige a las células cancerosas al mejorar el sistema inmune intrínseco de los humanos.